El cadáver de Rómulo Juárez Rodríguez tenía tres puñaladas y llevaba cuatro días en el fondo del pozo del rancho La Soledad de San Pedro Cholula.
La tarde del 12 de mayo de 1974, Andrés López Téllez y Erasmo Hernández encontraron el cadáver cuando sacaban agua de la excavación.
Gregorio Vega, dueño del rancho, pensó que el sujeto había caído de forma accidental y, para rescatar el cuerpo, pidió a sus trabajadores que bombearan el agua.
Al iniciar con las diligencias del levantamiento del cadáver, el agente del Ministerio Público, Antonio Durán Méndez, observó que Emiliano López Díaz, empleado del rancho, actuaba de forma nerviosa y tuvo que ordenar su detención cuando intentó agredir a los policías que lo interrogaban.
Venganza
En la cárcel municipal, Emiliano López explicó que, la noche del 8 de mayo, había ido con Rómulo Juárez a consumir bebidas embriagantes a una cantina de la comunidad de San Matías Cocoyotla.
Al regresar, el trabajador recordó cuando tenía 11 años y no podía defender a su mamá de las golpizas que le daba su padrastro.
En venganza, lo apuñaló en tres ocasiones: una en su pecho, otra debajo de su costilla izquierda y la última en su abdomen. Y, para deshacerse de la evidencia del crimen, lanzó el cadáver al pozo.
Por la declaración, el presunto culpable quedó en calidad de detenido y el cuerpo de Rómulo Juárez lo trasladaron al anfiteatro municipal en donde le hicieron la necropsia de ley.
(Con información del periódico El Sol de Puebla.)