Antes del mediodía del 19 de junio de 1977, una neblina blanca de cloruro de vinilo comenzó a salir de las instalaciones de la empresa Promociones Industriales Mexicanas (PRIMEX), fábrica que se encuentra en el corredor Industrial de La Resurrección.
En el interior de la empresa, un grupo de ingenieros trataba de hallar la fuga de gas en los siete tanques industriales que almacenaban cloruro de vinilo, materia prima para la producción de plásticos que cubren cables y conductores eléctricos.
Afuera se encontraban varias ambulancias y socorristas de la Cruz Roja Mexicana para brindar atención a los empleados, que presentaban mareos por falta de oxígeno.
Mientras los trabajadores de las fábricas cercanas mojaban el pasto de sus instalaciones, elementos del Cuerpo de Bomberos esperaban cerca de las vías ferroviarias.
Además, para evitar un caos vial, policías federales de Caminos alejaron a las personas que les causó curiosidad la nube que se esparcía por la carretera a La Resurrección.
“Chernóbil” poblano
Cerca de las 13:00 horas, cuatro explosiones hicieron que los vecinos del corredor industrial de La Resurrección evacuaran sus casas.
Por las detonaciones, tres tanques con una capacidad para almacenar doscientos mil litros de cloruro de vinilo, cayeron perforados a una distancia de 100 y 600 metros.
Después de las explosiones, el pasto de los campos cercanos al parque industrial adquirieron un color amarillo y se formó una nube negra que podía percibirse en toda la ciudad de Puebla.
La nube ocasionó una lluvia que produjo irritación en la piel y daños en la ropa de los habitantes de las colonias Infonavit Amalucan, Joaquín Colombres, La Ciénega, La Rosa, Maravillas y la Unidad Magisterial México 68.
Al día siguiente, socios del Club Alpha 3 manifestaron que su cuerpo sufrió escoriaciones y dermatosis por nadar en la alberca, cuya agua adquirió un color verde por las cenizas de la explosión.
Posverdad
Por el accidente, un grupo de socorristas trasladó a Jorge Álvarez Martínez, gerente de PRIMEX, al hospital de urgencias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pues sufrió quemaduras graves en diferentes partes de su cuerpo.
De acuerdo con información de los paramédicos de la Cruz Roja Mexicana, 41 personas recibieron atención por intoxicación, y a tres de ellas las tuvieron que llevarlas a un hospital.
Cuando los Servicios Periciales iniciaron con las investigaciones del incidente, Luis Jorge Rosales Peimbert, procurador General de Justicia, negó la posibilidad de que la explosión hubiera sido un sabotaje.
Algunos de los ingenieros declararon que el accidente ocurrió porque alguien prendió un cerrilló o un encendedor cerca de la zona de peligro.
Medidas de seguridad
Debido a que la combustión de cloruro de vinilo generó bióxido de carbono y ácido clorhídrico, Teresa Delgado Esteva, química del Instituto Regional, recomendó a la población el uso de jabones neutros y anteojos para evitar irritaciones en la piel y ojos.
La especialista también sugirió que acudieran con un médico aquellas personas que presentaran escoriaciones en las fosas nasales, boca y piel.
De acuerdo a su observación, los polvos densos que produjo la explosión iban a precipitarse por quince días en la capital poblana.
Ante esta situación, los Servicios de Coordinación de Salud Pública del Estado iniciaron una brigada para prevenir daños en la salud de la gente.
Las autoridades pidieron a la ciudadanía no encender fuego en un área de tres kilómetros a la redonda del corredor industrial de La Resurrección.
Para evitar algún tipo de intoxicación, a la población se le pidió desechar los alimentos que estuvieron expuestos a las partículas de la explosión.
A las personas que se mojaron durante la lluvia contaminante, los médicos recomendaron que, al bañarse, no usaran jabones porque les podrían causar irritación en la piel.
La población también tuvo que evitar el uso de detergentes para lavar frutas, verduras y utensilios de la cocina, y vació el agua de los tinacos descubiertos.
Litigios
A pesar de que PRIMEX contó con el apoyo de la sociedad Puebla Ayuda Mutua Industrial (PAMI) para controlar el incendio, varias empresas y organizaciones agrícolas solicitaron una compensación por los daños que la explosión causó en sus propiedades y cultivos.
Chiclets Adams fue una de las compañías que pidieron un pago por las pérdidas que causó el siniestro, pues tuvieron que detener su producción por la falta de suministro de gas y energía eléctrica.
Tomás Santiesteban Muñoz, empleado de la empresa que administra el Fraccionamiento Las Fuentes, presentó una denuncia por 3 millones de pesos a quien resultara responsable del deterioro que sufrieron las 10 hectáreas en el campo de golf.
Debido a que el seguro agrícola no contemplaba la destrucción que provocan las sustancias tóxicas, Antonio Montes García, secretario general de la Liga de Comunidades Agrarias, culpó a la empresa PRIMEX por los daños causados a la cosecha de maíz y alfalfa en campos de Cholula, Chipilo, San Martín Texmelucan y Puebla.
Para que los campesinos pudieran reclamar una indemnización por la vía legal, la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos se encargó de cuantificar los daños.
Fuera de peligro
De acuerdo con las autoridades sanitarias, la explosión no representó un desastre para los campos de cultivo porque con agua se podía diluir el ácido clorhídrico.
En una entrevista, Herminio Sánchez Aranda, titular de los Servicios de Coordinación de Salud Pública del Estado, explicó que el corredor industrial de La Resurrección estaba en una zona segura.
Sin embargo, el funcionario especificó que, debido a la explosión demográfica, la población tuvo que construir sus viviendas en áreas donde ponían en riesgo su vida.
La zona
Para el personal administrativo de PRIMEX la explosión no representó un peligro ambiental porque las lluvias limpiaron los plantíos y las diferentes zonas que sufrieron contaminación por ácido clorhídrico.
La reconstrucción de la empresa de plásticos tuvo un costo de 150 millones de pesos, para su reedificación contaron con el apoyo de sus 155 empleados del área de producción. De acuerdo con los cálculos del personal administrativo y de los ingenieros, la labor iba a tener una duración de cinco meses.
PRIMEX aseguró que en su bodega guardaban una reserva de PVC para 120 días, y con la intención cubrir la demanda del mercado nacional, el producto lo dejaron de exportar, pero existió una escasez de copolímero de acetato, material que se utiliza para la fabricación de discos musicales.
(Con información de Ramón Acevo, José Ávila, Marta Benítez, Margarita Carrasco, Francisco Corona, Olga Yolanda Couoh, María de los Ángeles García, Alfonso García, Eduardo Garzón, Ernesto Genis, José Manuel Hernández, Juan Herrera, José Luis Martínez, Alfonso Neri, Cristóbal Ortiz, Ramón Sánchez y Raúl Zarate, periodistas y reporteros gráficos del periódico El Sol de Puebla)