Las juntas auxiliares de San Pablo Tepetzingo, Santa Cruz Acapa y Santa María Coapan, en Tehuacán, se han convertido en territorios sin ley y donde las bandas delictivas dedicadas principalmente al narcomenudismo son las que en realidad mandan; el feminicidio de Sury Saday Antonio García, la joven de 18 años localizada sin vida el sábado 9 de octubre, es evidencia de la delincuencia que alcanza a las familias tehuacaneras.
Ayer, vecinos, amigos y familiares de Sury realizaron una fuerte movilización ciudadana en contra de la violencia que salió del Monumento a la Madre de Tehuacán, en donde colocaron una ofrenda a la joven asesinada. Una segunda movilización se realizó frente al Ayuntamiento de Tehuacán.
Sury Saday Antonio García salió el viernes 8 de octubre de su domicilio, en la junta auxiliar de San Pablo Tepetzingo, para dirigirse al CBTIS 229 de ese municipio. Nunca más regresó. Su familia la reportó como desaparecida y solicitó apoyo de las autoridades de las juntas auxiliares vecinas de San Diego Chalma y San Pablo Tepetzingo; sin embargo, no obtuvieron respuesta alguna.
Fue aproximadamente a las 17:30 horas del sábado 9 de octubre cuando campesinos reportaron a las autoridades el hallazgo de una mujer que, al parecer, ya no contaba con signos vitales y estaba semidesnuda.
Fue víctima de extrema violencia
Los cuerpos policiales se movilizaron al terreno ubicado a unos metros de la carretera estatal Tehuacán-Teotitlán, a la altura de la "Curva de Garibaldi". En el sitio confirmaron que en el sitio estaba una joven sin vida.
El cuerpo presentó lesiones físicas en cabeza y diversas partes del cuerpo. Según el reporte final del forense, al menos recibió ocho golpes con algún tipo de objeto contundente, una piedra o algo similar a un marro o martillo. El que recibió en el cráneo fue el que le quitó la vida, pero tenía más en el resto del cuerpo.
Además, Sury fue encontrada en ropa interior. Tenía su pantalón de mezclilla color azul debajo de las rodillas y aún portaba en la espalda su mochila color rosa. Sus amigos detallaron que iba camino a ver a una compañera para que después fueran a la escuela.
Ver: Feminicidio 53: A Sury la mataron en Tehuacán
Bandas delictivas anidan en juntas auxiliares
A decir de los pobladores y los amigos de Sury, la joven era “una niña que solamente se dedicaba a la escuela, que salía poco, que tenía el mejor promedio” y que tuvo la mala suerte de toparse con algún delincuente de la zona que intentó abusar de ella.
Por el reporte forense, el cuerpo de Sury tiene señales de que puso resistencia en todo momento y se defendió. Solamente fue posible que con los golpes que le propinaron la dejaron inconsciente y le quitaron la vida.
La joven no acostumbraba a salir de antro, tenía novio, pero iba camino a la casa de su mejor amiga cuando desapareció, no acostumbraba tampoco salir de noche. Su vida era familiar y hogareña, lo cual indigna aún más a sus amigos y conocidos.
Detrás del feminicidio de Sury es posible que se encuentre algún miembro de la delincuencia que ya mantiene el control de las juntas auxiliares de San Pablo Tepetzingo, Santa Cruz Acapa y Santa María Coapan.
En estas juntas auxiliares, principalmente, operan narcomenudistas, ladrones de transporte y a transeúnte. Los miembros de estos grupos delictivos viven en dichas juntas auxiliares y en los últimos años se mantienen en esta zona sin que la autoridad municipal o estatal haga algo.