Fernando V. y su cómplice eran dos ladrones que se disfrazaban como técnicos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Los delincuentes alcanzaron notoriedad cuando ingresaron por la fuerza a una casa de la colonia Las Hadas para robar a un bebé de nueve meses y un vehículo.
La mañana del 22 de mayo de 1991, los asaltantes encañonaron y golpearon con la cacha de una pistola a Angelina Córdoba dentro de su domicilio que se ubica en la privada Leones 1815.
Cuando la mujer estaba a punto de quedar inconsciente, los ladrones tomaron a su hijo y escaparon en un auto Tsuru, propiedad de la víctima.
Huellas dactilares
Los gritos de Angelina Córdoba alarmaron a sus vecinos, quienes solicitaron la presencia de los agentes de la seguridad pública.
Por las huellas dactilares que encontraron en el domicilio, los elementos de la Dirección de Seguridad Pública identificaron a Fernando V. como uno de los presuntos ladrones.
De acuerdo a las fichas de la Dirección de Seguridad Pública, Fernando V. tenía antecedentes penales y era originario de San Juan Teotihuacán, Estado de México.
Casa de empeño
Mientras se desplegaba un operativo para localizar el auto en que escaparon los ladrones, José Ventura, titular de la Dirección de Seguridad Pública, acudió a la Unidad Militar Vicente Suárez, lugar en donde vivía el presunto asaltante.
Al ingresar a la casa de Fernando V., el agente sospechó que el presunto delincuente empeñaba los objetos que robaba porque encontró muchas boletas del Monte de Piedad Vidal Ruiz. Además, halló varios medidores de luz.
La esposa de Fernando V. declaró, al director de la Seguridad Pública, que no tenía información sobre el paradero de su pareja porque, unos días antes, la abandonó.
Encuentran al niño
A las cinco de la tarde, vecinos de la colonia Miguel Hidalgo reportaron a las autoridades que, en el terreno baldío con el número 10 de la calle Sor Juana Inés de la Cruz, estaba un niño abandonado. En el lote, también se encontraba el auto que los delincuentes robaron del domicilio de Angélica Córdoba.
(Con información de Epigmenio Rojas Castro, periodista del periódico El Sol de Puebla.)