Los asesinatos perpetrados recientemente en Zacatlán —que iniciaron con el homicidio del edil auxiliar de Jicolapa, Norberto Moreno González— están relacionados a una serie de ajustes de cuentas de la familia Batalla, que según información a la que tuvo acceso PÁGINA NEGRA, tienen que ver con el robo y venta de vehículos en esta región de la sierra norte de Puebla.
Cómo se informó antes, el pasado 10 de diciembre, el presidente auxiliar de Jicolapa fue baleado por sicarios que viajaban en motocicleta y murió horas más tarde; el alcalde presentó muerte cerebral tras el ataque ya que recibió varios disparos.
Norberto Moreno ingresó al Hospital General, pero desde su llegada se encontraba muy grave y a las pocas horas se confirmó su muerte.
La familia Batalla está relacionada con el fallecido edil, ya que el secretario del presidente auxiliar es hermano de Óscar Batalla, quien lidera la banda delictiva.
Al asesinato del edil auxiliar se suman cuatro personas más que han fallecido en esta serie de ataques, entre los que se encuentra el familiar directo de Óscar Batalla, un hombre que fue asesinado en la avenida Luis Cabrera, otro trabajador de José Batalla y uno más ejecutado en Jicolapa. Estas últimas cuatro muertes ocurrieron en una semana.
Los Batalla, sus trabajadores y algunos vecinos de Jicolapa estarían relacionados a esta red de ladrones de automóviles, así como de su venta ilegal. Esta junta auxiliar de Zacatlán se ha convertido en su centro de operaciones.
Recientemente en entrevista con medios regionales, José Luis Márquez, presidente municipal de Zacatlán, descartó que los hechos provoquen una baja en el turismo.
Márquez indicó que “ya cuenta con un diagnóstico del tipo de delitos que se comenten en su municipio, las zonas donde se cometen y trabajan para ubicar a los delincuentes”.