Si creímos haberlo visto todo el 2021 nos enseñó que en Puebla las cosas en materia de seguridad se pueden poner peor.
A los poblanos ya no nos sorprende escuchar a diario noticias sobre el hallazgo de cuerpos desmembrados, desollados, ejecutados, embolados o encobijados porque prácticamente se volvió el pan de cada día cuando antes este escenario era inimaginable.
A esta ola de ejecuciones se sumaron desapariciones, feminicidios y otros delitos en los que, lamentablemente, las víctimas son menores de edad. Para variar, en la mayoría de los casos sus homicidas o agresores son personas cercanas a ellas.
Esta situación se vive ya desde hace varios años pero definitivamente el 2021 superó cualquier expectativa. En más de una ocasión Puebla fue tendencia a nivel nacional por hechos atroces y hasta la organización Causa en Común destacó a la entidad junto a Guanajuato por actos terroristas.
¿Alguna vez pensaste que policías municipales coludidos con el crimen organizado iban a matar con tal descaro a agentes ministeriales? ¿Que una mujer podría matar a sus hijos solo para vengarse de su marido? ¿O que cualquier persona pudiera pasear con cabezas humanas en calles de la capital? Pues ocurrió.
Sin duda uno de los más sonados fue el caso de Juan Carlos. Este hombre de 28 años de edad mató a sus suegros el 12 de noviembre porque, según él, lo corrieron de la casa junto a su esposa e hijos. Después de asesinarlos los decapitó y salió a la calle con ambas cabezas.
Fue detenido por policías municipales cuando se detuvo a orinar sobre el bulevar Forjadores a la altura del Puente de México y tras hacerle una revisión los uniformados encontraron ambas cabezas humanas. Los cuerpos fueron localizados la mañana siguiente al interior de un domicilio ubicado en la colonia Villa Posadas, en la ciudad de Puebla.
Algo similar ocurrió meses antes en la Central de Abasto. Epifanio, de 32 años, fue detenido el 23 de agosto cuando caminaba con una cabeza humana que llevaba en una mochila.
Los comerciantes lo descubrieron mientras abrían sus locales y ellos mismos difundieron videos y fotografías en lo que se observa a Epifanio manipular la cabeza. La víctima fue identificada como Alejandro y su cuerpo se localizó horas después en una colonia cercana a este punto.
El 16 de noviembre Guadalupe, de 25 años, fue detenida sobre Periférico Ecológico cuando llevaba el cuerpo de su expareja sentimental en la cajuela del automóvil Volkswagen Vento que conducía.
La mujer iba acompañada de su actual pareja, un adolescente de 16 años de edad. El homicidio de Rodrigo José ocurrió en el Estado de México y luego se trasladaron a Puebla para deshacerse del cuerpo pero debido a su actitud sospechosa y manchas de sangre en el auto, policías municipales los descubrieron.
El 9 de abril Anabel, de 32 años de edad, ahorcó a su hija de 3 años y luego hizo lo mismo con su hijo de 9 años para vengarse de su esposo porque la contagió de una enfermedad de transmisión sexual.
Todo ocurrió en el municipio de Chignahuapan frente a sus otras dos hijas de 10 y 12 años.
El 17 de mayo Gabriel, de 20 años de edad, mató a golpes a su sobrino Juan Jesús, de 13 años, en San Francisco Totimehuacan, Puebla porque el menor sabía que violentaba a su pareja sentimental y le aconsejó que lo denunciara.
Después de cometer el homicidio Gabriel hizo creer a la familia que él intentó ayudar al menor y hasta se presentó al velorio, entierro y dio entrevistas a medios de comunicación para deslindarse de los señalamientos en su contra.
El 24 de septiembre un sujeto ingresó a la Privada F de la calle 13 Norte en el fraccionamiento Real de Guadalupe, al norte de la ciudad de Puebla y dejó un paquete afuera de un domicilio.
Instantes después, la caja explotó y causó varios daños materiales. Todo se trató de un mensaje de advertencia para Víctor T., quien recién había salido del penal de San Miguel.
El 19 de mayo el niño David, de 9 años de edad, desapareció por un par de horas en el municipio de Huauchinango. Después fue localizado sin vida y con heridas provocadas con arma blanca.
La madrugada del 31 de octubre explotó una toma clandestina de gas L.P provocada por ladrones de combustible en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan. El saldo fue de 5 muertos, varios heridos que después fueron dados de alta y un adolescente de 16 años sigue hospitalizado y se reporta grave.
Cientos de familias perdieron sus casas, pero la tragedia pudo haber sido mayor. Cerca de 2 mil personas lograron salir de sus casas antes de la explosión. Por estos hechos el gobierno decretó 48 horas de luto en Puebla.
Como si todo lo anterior no fuera suficiente, la noche del 19 de noviembre el director de Seguridad Pública de Tecamachalco, Alejandro Santizo, mató en pleno Zócalo del municipio a tres agentes ministeriales de la Fiscalía General del Estado.
Por este triple homicidio fueron detenidos 13 policías municipales, Alejadro Santizo, su escolta y una uniformada que fue la encargada de esconder las armas.