Delincuencia

Desperté desnuda: surge segunda víctima del profesor de la Universidad Pedagógica en Puebla 

El catedrático Miguel Ángel R.R ya suma dos acusaciones por delitos de género en agravio de sus alumnas - Diseño: Sam Navarrete

El pasado 21 de junio PÁGINA NEGRA publicó que Miguel Ángel R.R., catedrático de la Universidad Pedagógica en Puebla y la BUAP, fue exhibido por acoso sexual. Gracias a esa nota periodística, otra víctima del profesor contactó a este medio de comunicación para contar su caso. Ella relató que en su momento “cayó por miedo, ignorancia y vergüenza”, pero hoy se atrevió a alzar la voz para evitar que los académicos sigan violentando a las jóvenes.

Por Magarely Hernández / @magarelyhl

/ Ciudad de Puebla

Sofía M.S. abandonó su maestría por miedo, luego de que despertó desnuda en un hotel de paso junto a su profesor, Miguel Ángel R.R, un catedrático de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y Universidad Pedagógica, que momentos antes le invitó una bebida. Cuando la víctima recobró el conocimiento, él le pidió que no se exaltara y le advirtió que si lo acusaba no le harían nada, porque era una persona poderosa en la máxima casa de estudios del estado.  

Esta es la segunda acusación contra el académico. El pasado 21 de junio PÁGINA NEGRA publicó que Abigail H abandonó sus estudios en la Universidad Pedagógica Nacional en Puebla tras sufrir acoso sexual por parte de un profesor: Miguel Ángel R.R. Luego de la nota periodística, Sofia contactó a este medio para denunciar que también fue víctima de este profesor. Sin embargo, por miedo, ignorancia y vergüenza, nunca lo denunció.

VER: Exhiben a profesor de la Universidad Pedagógica en Puebla por acoso sexual

Aunque este caso ocurrió en 2004, Sofía explicó que lo hacía público para evitar que más académicos sigan abusando de las alumnas y condenó que las instituciones educativas supuestamente están en contra de la violencia de género cuando sus profesores son quienes violentan.

De acuerdo con el relato, Sofía ingresó en 2004 a la maestría en Ciencias Políticas en la BUAP y tomó un curso propedéutico impartido por Miguel Ángel. Sin embargo, las clases de los sábados que supuestamente comenzaban a las 10:00 horas consistían en bromas, chistes y echar relajo.

Siempre llegaba tarde (…) un día llevó una grabadora y nos puso a escuchar ópera dos horas. Creo esa fue la clase más valiosa que tuvimos”.

El curso finalizó, pero Miguel Ángel siguió impartiendo clases a ese grupo. En una ocasión, organizó un Foro Educativo en Cuetzalan, y le pidió a todos los alumnos que participaran con ponencias.

Quedamos en irnos el jueves porque el foro sería todo el fin de semana. La comunicación con los compañeros era casi nula, estaba muy limitada porque los celulares no eran tan accesibles como ahora. Quedamos de llegar a las 8 de la mañana en la Facultad de Derecho pero cuando llegué resulta que ya no estaban mis compañeros”.

En el punto de encuentro Sofía solo encontró al profesor a bordo de su automóvil, un Volkswagen tipo Jetta color negro. Miguel Ángel, de una forma muy amable y hablándole de usted, le dijo que sus compañeros no la quisieron esperar y su única solución era irse con él.

Yo, como no sabía qué hacer, accedí y nos fuimos. Todo el tiempo me platicaba sobre su trabajo, los lugares que conocía y como a las dos horas de manejar me dijo que fuéramos a una tienda por algo de tomar”.

Después de tomar la bebida Sofía solo tiene un recuerdo: se subieron al coche y siguieron avanzando. Cuando la estudiante recobró el conocimiento estaba desnuda en un hotel de paso. Comenzó a gritar y Miguel Ángel le pidió que se tranquilizara porque ya eran adultos.

Le dije que lo acusaría y él me respondió que era una persona muy poderosa dentro de la BUAP. Casi, casi me dijo que yo me lo había buscado. Me amenazó y me dijo que me podía pasar algo a mí o a mi familia”.

Después de esta situación Sofía abandonó la maestría. Solo le contó lo ocurrido a dos amigas muy cercanas, quienes le pidieron que acudiera al Ministerio Público, pero por miedo nunca lo hizo.

Hoy me atrevo a contar esto porque siempre son casos en diversas instituciones. Leí la nota respecto al profesor Miguel Ángel y quiero compartir la terrible experiencia que tuve que callar por miedo, ignorancia y vergüenza. Y porque sabía que nadie me iba a creer”.

Las amenazas que recibió Sofía son similares a las de Abigail. Esta joven toleró por un año comentarios sobre su cuerpo, miradas lascivas y roces. Sin embargo, en una ocasión Miguel Ángel intentó tocarla por la fuerza y besarla. Él le advirtió que no le contara a nadie porque era una persona muy poderosa en la BUAP.

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