Crimen y Castigo

Así fue como Mario Marín ingresó al penal de Cancún, Quintana Roo

- Diseño: Salvador Rugerio /Videos: Alan Ávalos

Poco antes de la media noche, el exmandatario poblano fue ingresado al penal, después de que se le detuvo este día en la casa de su hermana Alicia, en Acapulco.

Por Edmundo Velázquez / @mundovelazquez

/ Ciudad de Puebla

Un convoy de varios vehículos flanqueó al ex gobernador de Puebla, Mario Marín Torres a su ingreso al centro penitenciario de Cancún, Quintana Roo.

VER: CRONOLOGÍA del caso Cacho-Marín; 15 años de persecución, desde la denuncia a Succar hasta la detención del “góber precioso”

Poco antes de la media noche, el exmandatario poblano fue ingresado al penal, después de que se le detuvo este día en la casa de su hermana Alicia, en Acapulco.

Mario Marín se mantuvo prófugo casi dos años, acusado del delito de tortura en contra de la periodista Lydia Cacho, a quien el empresario Kamel Nacif, le pidió detener por incluirlo en el libro “Los demonios del Edén”.

Luego de un largo proceso para que se le fincaran responsabilidades tanto a él como a Kamel Nacif y al jefe de la entonces Policía Judicial, Adolfo Karam Beltrán, así como el titular de Mandamientos Judiciales, Juan Sánchez, en 2019 se liberó la orden de aprehensión a favor de Marín, pero por un proceso de amparo este mandamiento se eliminó y volvió a emitirse una segunda orden de detención.

Marín, Nacif y Karam forman parte de una lista de 11 funcionarios y otros personajes públicos que participaron en un complot para detener, torturar e ingresar al penal de Puebla a la periodista como castigo por mencionar a Kamel Nacif en el libro “Los Demonios del Edén” como uno de los asistentes a las fiestas del pederasta Jean Succar Kuri en Cancún, Quintana Roo.

El empresario Kamel Nacif y el exgobernador Mario Marín acordaron la detención de Lydia Cacho, iniciándole un proceso penal por el delito de difamación y calumnia que se realizó de manera exprés ante el Poder Judicial, y la jueza Rosa Celia Pérez González liberó la orden de aprehensión que se ejecutó a través de la Policía Judicial que en ese entonces dirigía Adolfo Karam Beltrán.

El acuerdo quedó exhibido a través de las grabaciones en las que se escucha las llamadas telefónicas entre el gobernador y otros personajes, las cuales fueron publicadas por el diario La Jornada el 14 de febrero del 2005.

Los agentes de la Policía Judicial siguieron órdenes precisas de Adolfo Karam quien exigió que la periodista fuera traslada sin abrigo y vía terrestre desde Cancún a Puebla por lo que la periodista enfermó en el viaje y mientras la movilizaban iban torturándola de manera psicológica amenazando con violarla, ahogarla y tirar su cuerpo.

El trayecto fue de mil 500 kilómetros hasta la ciudad de Puebla. La periodista enfermó con un cuadro agudo de enfermedades respiratorias que presentó mientras estuvo en prisión. Y finalmente logró su liberación después de pagar una fianza de alrededor de 106 mil pesos.

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