La tarde del 30 de julio de 1986, las autoridades del municipio de Zacapoaxtla detuvieron a Argelina Aparicio y a José Aquet por el homicidio de Miguel Peralta, de 44 años, persona que sepultaron de manera clandestina en la cocina de su casa.
Ante agentes del Ministerio Público, Argelina confesó que José, su amante, asesinó a su esposo y, para ocultar el cadáver, decidieron enterrar en el interior de su vivienda.
De acuerdo con la declaración de Argelina, el crimen ocurrió la madrugada del 9 de julio cuando Miguel salió de su casa porque escuchó sonidos extraños.
Minutos después, la esposa de Miguel percibió unos ruidos que no les dio importancia, pero, cuando salió a buscar a su marido, se asustó porque, enfrente de la puerta, lo encontró sin vida. Al intentar levantarlo, su amante apareció y le amarraron un alambre en su cuello para arrastrarlo al interior de la casa.
Principal sospechosa
Argelina tenía tres hijas de su primer matrimonio, desde hace cinco años era esposa de Miguel, pero lo engañaba con José Aquet y con otros dos hombres.
La mujer se convirtió en la principal sospechosa de la desaparición de Miguel cuando les explicó a Gabriel y Pedro, hermanos de su marido, que su esposo se había ido con todas sus pertenencias para ya no regresar.
En ese momento, los familiares de Miguel decidieron acudir con el presidente municipal de Zacapoaxtla.
Cuando los agentes del Ministerio Público llegaron al domicilio en donde vivía Argelina para interrogarla, la mujer no pudo ocultar el crimen.
(Con información del periódico El Sol de Puebla)