Ahora sí, del Acapulco de oro solo quedan pocos recuerdos y una que otra película, porque ya son pocas las personas que vivieron ese esplendor del puerto en la década de los 50’s.
Y es que el hotel Boca Chica, uno de los símbolos acapulqueños de aquellos años dorados ha cerrado sus puertas, pues no resistió la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus ni la vorágine de las cadenas hoteleras.
En uno de los balcones de sus habitaciones, los dueños colgaron un gran letrero con la leyenda “Se vende”, esperando tener un buen comprador que lo pueda reactivar.
Este hotel dio posada a actores y actrices no sólo de México sino de Hollywood, pues era en aquellos años cuando las estrellas del cine y la música veían en Acapulco, un lugar ideal para vacacionar.