Puebla, 18 de mayo del 2024

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Demócrata, amigo de México, enfrentó a Trump: es Beto O´Rourke, el nuevo Obama

Demócrata, amigo de México, enfrentó a Trump: es Beto O´Rourke, el nuevo Obama
- Foto: SinEmbargo

El demócrata tiene una historia que desde su infancia lo liga con Ciudad Juárez, un lugar al que le gustaría que todos vieran “como yo lo veo”.

Por SinEmbargo /

Hispanohablante, músico de punk y amigo de México, así se describió en una entrevista de 2017 para The Washington Post, el congresista demócrata, Robert O’Rourke, mejor conocido como Beto O’Rourke, quien este lunes anunció su intención postularse como candidato a Gobernador de Texas, en Estados Unidos.

El anuncio del demócrata podría pasar desapercibido por este lado de la frontera si no fuera porque su carrera política y vida personal están ampliamente ligadas a México, en especial a Ciudad Juárez, en Chihuahua, donde conoció en una cita a ciegas a la mujer que ahora es su esposa, a pesar de que los dos son nacidos en Texas.

Es hijo de un juez del condado de Iowa, estudió en la Universidad de Columbia y viajó por todo el país con su banda de punk, llamada Foss, en la que tocaba el bajo, después se dedicó a la política, y, posteriormente, a los negocios.

En 2012 ganó las elecciones para la Cámara de Representantes y en noviembre de 2018 estuvo a punto de arrebatar el escaño a Ted Cruz en la republicana Texas, gracias a su campaña de puerta en puerta y el apoyo de estrellas como Lebron James, Beyoncé y Willie Nelsón.

En poco tiempo, se convirtió en un político popular. Foto: Twitter @BetoORourke

Entonces se convirtió en uno de los políticos más populares de Estados Unidos llegando a recaudar 38 millones de dólares en sólo tres meses. Gracias a ello, empezó a ser llamado por algunos medios de comunicación como “el nuevo Obama”, debido o sólo a su carisma sino también a su juventud.

A lo largo de su carrera política ha impulsado leyes que favorecen la migración, por lo que durante la etapa presidencial de Donald Trump, se enfrentó en distintas ocasiones con la política del mandatario y abiertamente se manifestó en contra de la construcción del muro fronterizo que era la obra emblema del republicano.

Uno de sus desencuentros con Trump fue cuando mostró su apoyo a los vecinos de Ciudad Juárez, en México, y a los familiares de las víctimas que murieron en el ataque perpetrado por un supremacista estadounidense en un establecimiento de Walmart, el 3 de agosto de 2019.

En ese entonces, acusó a Trump de racista y aseguró que sus palabras “están cambiando el país”.

EL BARRIO EXCLUSIVO Y SU AMOR POR MÉXICO

Beto O’Rourke siempre ha estado a favor de leyes que favorezcan a los migrantes. Foto: Twitter @BetoORourke

Beto O’Rourke, un texano de cuarta generación, nació el 26 de septiembre de 1972, en El Paso, Texas, entonces conocido como un centro industrial al que se llamaba la capital mundial de los jeans. Levis, Guess y otras marcas producían sus pantalones en fábricas de la zona. Las familias blancas como la de O’Rourke eran minoría: El 57 por ciento de la población era hispana, según el censo de 1980.

O’Rourke se crió en un barrio exclusivo de casas con techos de tejas rojas y espectaculares vistas de El Paso y de las laderas de las montañas Franklin, en el extremo sur de las Rocosas. La casa tenía una enorme piscina rectangular que la familia usaba mucho para combatir el calor.

Ciudad Juárez está pegada, visible desde casi cualquier sector de El Paso, incluida la calle de los O’Rourke. Canales surcan un río Bravo que a menudo es más un charco que un río.

No parece otro país”, comentó la representante Verónica Escobar a la agencia AP en 2019, quien ocupó la banca de O’Rourke cuando este inició su campaña por el escaño de Ted Cruz en el Senado federal y logró proyección nacional a pesar de perder por escaso margen.

Ciudad Juárez estuvo presente en la vida de “Beto” desde su infancia y aún en su vida adulta. Foto: Rey R. Jaúregui.

Ciudad de Juárez parece más bien un suburbio de El Paso. Miles de niños cruzan la frontera a diario para ir a escuelas de El Paso, lo mismo que estudiantes universitarios y gente que vive del lado mexicano y trabaja del lado estadounidense. Incluso los residentes de El Paso que no hablaban español –o la mezcla de inglés y español– a menudo cruzaban la frontera para ir de compras del lado mexicano durante el receso para el almuerzo. También iban al médico o al dentista, ya que cobran mucho menos que los de Estados Unidos.

La madre de O’Rourke, Melissa, y su hijo, el mayor de tres hermanos, aprendieron a hablar bien español escuchando a las empleadas domésticas y a amigos mexicanos. O’Rourke, quien jugó al fútbol de chico, recuerda que iba a Ciudad Juárez a los cumpleaños de compañeros de escuela. De niño lo llamaron “Beto”, un apodo bastante común en la zona.

El Paso es el pueblo más grande del mundo, es notable y mete miedo en cierto sentido”, bromeó Howard Campbell, profesor de antropología cultural de la Universidad de Texas de El Paso y amigo de O’Rourke.

Es poco probable que cometas una fechoría y nadie se entere”, expresó a la AP.

Hay una gran intimidad y mezcla entre anglos y mexicanos”, manifestó Campbell. “No tiene a la comunidad blanca por un lado y a los pardos del otro”.

Desde El Paso hasta Ciudad Juárez, una ruta que millones de personas recorren cada año. Foto: Cedar Attanasio, AP

ESE DÍA DE DICIEMBRE

Un día cualquiera en diciembre de 2004, el demócrata recibió un mensaje, sólo sabía que se lo enviaba una mujer a quien había llevado a pasear a México tres días atrás en una cita a ciegas y supuso que era una buena señal.

Días antes, O’Rourke y Amy Sanders estacionaron su auto cerca del puente internacional que une El Paso y Ciudad Juárez y cruzaron el río Bravo caminando. Tomaron margaritas en el Kentucky Club, un bar de 99 años que llevaba el nombre de destilerías que abrieron del lado mexicano de la frontera durante la prohibición de venta de bebidas alcohólicas en Estados Unidos en la década de 1920.

Cenaron en Martino’s, un restaurante frecuentado por la familia de O’Rourke los domingos al mediodía. Después fueron a El Recreo, un bar tranquilo ideal para conversar. Antes de regresar a El Paso, visitaron la catedral de la ciudad y la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, donde no se pusieron de acuerdo en torno a cuándo había sido construida. La pareja se comprometió apenas tres meses después.

Ella se sintió muy bien en (Ciudad) Juárez”, declaró O’Rourke a la Associated Press en una entrevista. “Para mí esa es una buena forma de conocer a una persona. Si no te gusta, no hay problemas. Pero probablemente no nos llevemos demasiado bien”.

Beto O’Rourke conoció a su esposa en México. Foto: Twitter @BetoORourke

EL TEMA DEL NARCOTRÁFICO

Para O’Rourke, quien fue precandidato demócrata para la Presidencia en el 2020, la violencia no es el único problema en la frontera de Estados Unidos y México, “ni siquiera el más importante”. Él ve a Juárez “como un lugar donde la mente abierta puede conducir a conexiones significativas y asociaciones a largo plazo”, según lo descrito por el periodista Ben Terris, del Washington Post.

El congresista también escribió un libro sobre la “guerra contra el narcotráfico” y ofreció promover una legislación pidiendo un debate nacional honesto, con el objetivo de poner fin a la prohibición de los narcóticos.

O’Rourke sostiene que, a pesar de que el número de migrantes que viven en la frontera no ha aumentado en años, son ellos quienes fungen como un motor esencial en la economía de El Paso, que registra un estimado de 32 millones de cruces al año. “Sólo quisiera que los demás puedan ver lo que yo veo”, dijo.

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