Puebla, 04 de mayo del 2024

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Socavón, el cenote de Juan C. Bonilla, se vuelve la nueva atracción turística

Vendedores de helados, de rasparos, refrescos, chicharrines y cientos de curiosos, llegaron para ver el socavón en la comunidad de Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla. Y es que este fin de semana la tierra se abrió en la localidad que se ubica a las faldas del volcán Popocatépetl.
Vendedores de helados, de rasparos, refrescos, chicharrines y cientos de curiosos, llegaron para ver el socavón en la comunidad de Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla. Y es que este fin de semana la tierra se abrió en la localidad que se ubica a las faldas del volcán Popocatépetl. - Foto: Agencia Enfoque

Como si se tratara de una verbena popular, cientos de curiosos de los municipios aledaños a la comunidad de Santa María Zacatepec, y hasta unos gringos, llegaron a presenciar el hundimiento de la tierra que provocó un socavón de 70 centímetros de diámetro y 20 metros de profundidad

Por Yonadab Cabrera Cruz/ @yonadi18 /

No, no era el avistamiento de un eclipse, ni un concierto o una lluvia de estrellas. No, Las decenas de teléfonos celulares que estaban trasmitiendo en vivo, tomando fotografías o grabando videos, solo captaban una imagen: el hundimiento de la tierra en la comunidad de Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla justo a las faldas del volcán Popocatépetl.

El socavón que se empezó a formar desde la madrugada del sábado 28 de mayo, y que en pocas horas alcanzó un diámetro de 70 metros y 20 metros de profundidad, llamó la atención de curiosos de la misma localidad, de los municipios aledaños como Huejotzingo, San Andrés Calpan, San Martín Texmelucan, Domingo Arenas, y hasta de unos gringos.

Más allá del terror que pueda causar el hundimiento de esta tierra que está por comerse una casa, la curiosidad atrajo a la gente. Cientos de personas se dieron cita para presenciar cómo se está derrumbando el suelo, parecía un festival o una verbena popular, solo faltaban los vendedores de playeras con la leyenda: “Lleve su playera del socavón”.

Pero los que sí aprovecharon para hacer su agosto fueron los vendedores de helados, de raspados, refrescos, agua y hasta los vendedores de chicharrines: “¡Pero cómo es la gente chismosa!”, gritó un niño de 12 años, vestido con un pants militar, y gorra negra, se acercó a otro joven de la misma edad y lo saludó.

Un policía estatal les mostraba a sus compañeros el momento justo en que se abrió la tierra: “Yo ya estaba aquí, bien que grabé cuando la tierra se empezó a venir abajo, hasta el agua se movía como olas”, explicó a una policía y el piloto de la patrulla que llegó para auxiliarlo.

Todos los curiosos trataban de acercarse más y más al socavón mientras los elementos de Seguridad Pública del Estado y el personal de Protección Civil intentaban alejarlos y agrandaron la zona acordonada. Los curiosos caminaban por los sembradíos, cuidando sus pasos para no aplastar las mazorcas. Los rayos del sol caen como plomo, no hay donde atajarse mientras la tierra sigue cayendo.

Después de tomar fotos, videos o hacer transmisiones, de intercambiar opiniones y las distintas teorías sobre las razones por las que se abrió la tierra, los curiosos regresaban a la calle principal para salir y aprovechaban para comprar su helado, raspado o refresco.

Gente va y viene, y el socavón sigue creciendo, todos están a la expectativa de que siga creciendo este hoyo.