La economía de la junta auxiliar de Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla, tuvo un crecimiento abrupto gracias al socavón que se generó en la tierra de cultivos, pues los vecinos del lugar han visto en los curiosos una forma de obtener ingresos.
Los vecinos despertaron alarmados el 29 de abril cuando un enorme hundimiento apareció de manera inesperada a la mitad de un campo de cultivo, y desde entonces sigue creciendo.
Y junto con la magnitud del socavón también ha ido aumentando la economía de los habitantes de Santa María Zacatepec, pues han visto una oportunidad de comercializar productos alusivos a esta falla geológica, hecho que cambió su forma de vida.
Estos poblanos, cuyas casas se encuentran en los alrededores del socavón, vieron con angustia cómo una de las propiedades fue engullida por el hoyo el 13 de junio, después de que sus habitantes fueran reubicados ante el inminente colapso.
Sin embargo, la comunidad ha encontrado la forma de sacar algo “positivo” de esa catástrofe, cuya causa aún no se define, y entre algunas de las teorías se dice que fue natural o por la extracción de los mantos acuíferos en la zona.
Y es que los colonos aprovecharon la creciente visita de curiosos para ofrecer quesadillas, memelas, refrescos y hasta cervezas en un mirador con una vista exclusiva de lo poco que puede apreciarse del socavón.
Este movimiento no tardó en ser replicado, pues apenas apareció el primer “pan del socavón”, más lugareños aprovecharon para aplicar la misma fórmula y ofrecer otros servicios.
VER: Socavón de Santa María Zacatepec ya alcanzó los 110 metros de diámetro
Los negocios anuncian que están cerca el socavón
Los habitantes cercanos al lugar aseguran que la economía local ha mejorado considerablemente. Así se aprecia en un tramo de un kilómetro de la carretera federal México-Puebla, a la altura del socavón, donde a los costados comercios que, en sus anuncios, hacen alusión al fenómeno.
Desde el conocido “pan del socavón”, hasta “los tamales del socavón” —cuya consistencia no es distinta al producto original—, se aprecia el intento de los lugareños por colgarse del auge económico.
En la zona también aumentaron en las últimas semanas los puestos de helados, destacando uno que se ubica junto al camión de “Don Lucho”, donde se vendió por primera vez el “pan del socavón”.
Los vehículos se detienen en el sitio, y más de un integrante prueba los sabores de limón, cajeta, entre otros, mientras llevan su pan en forma de recuerdo.
Al respecto, “Rafael”, uno de los vendedores de “Don Lucho”, confiesa dentro del anonimato que, en las últimas semanas, el negocio ha mejorado solo por el socavón. Sus patrones llevan casi 60 años en la profesión, y es la primera vez que bautizan al pan con el nombre de una “atracción”.
No solo los visitantes caen ante la atracción. El producto ya es parte de lo cotidiano. “Dame un pan del socavón”, dice un joven, trabajador de una carnicería que queda cruzando la carretera.
VER: Socavón será área controlada para evitar que animales caigan o personas se acerquen: Barbosa
Pan, comida y hasta un mirador, vecinos de Zacatepec le sacan provecho al Socavón
— RevistaRayas (@RevistaRayas) June 23, 2021
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Socavón: una zona de ventas
Varios son los comercios que se han detonado a unos metros del socavón.
Los vecinos ofrecen como estacionamiento sus patios, o tramos horizontales de pasto, junto a los arbustos. “Son 20 y se lo cuido todo el día”, dicen apenas que el visitante baja del vehículo.
Entre la valla de contención y las casas, se forma un improvisado pasillo de pasto y tierra, donde colocan sus canastas para ofrecer el “pan del socavón”, tacos de canasta, jugos o hasta un baño.
Sin embargo, es hasta llegar al borde —casi al inicio del hundimiento—, donde el espacio se abre y aparecen las casas “privilegiadas”: aquellas que gozan de una mejor vista del socavón, las cuales aprovechan su ventaja para colocar mesas más amplias y ofrecer toda clase de productos: quesadillas, dulces, micheladas y otras bebidas preparadas.
Son comerciantes improvisados, no de aquellos que buscan una oportunidad para trasladarse a donde sea, con tal de vender. Así lo demuestra Baltazar Pérez, uno de los habitantes de las últimas casas. Junto a su familia, vende por un solo motivo: reparar su casa por las grietas que el socavón ha causado.
Desconoce si el gobierno estatal los apoyará, como el gobernador Miguel Barbosa Huerta dijo hacerlo con aquellos vecinos que tengan daño en sus propiedades. Baltazar no se fía de nadie y —como otros vecinos—, mejor ofrece quesadillas, papas, refrescos, o cuanto pueda. A cinco pesos por persona, renta su azotea para que la gente observe y tome fotos del hundimiento, desde la mejor altura posible.
Al igual que los vendedores de pan, Baltazar reconoce que el socavón tiene, al menos, un aspecto favorable en sus vidas: el aumento de la economía en la comunidad.
Señala que durante los fines de semana, las mesas están repletas, con caminantes en el perímetro del área.
Los principales visitantes, además de los poblanos, son gente de la Ciudad de México, de Guadalajara y de estados colindantes, según señala.
Incluso, ha atendido a personas de Estados Unidos.
Baltazar y su numerosa familia esperan seguir así, hasta que las condiciones del área lo permitan.
Este martes, el gobernador Miguel Barbosa reconoció el aumento de actividades en la zona del socavón, por lo que ya analiza la posibilidad de mantener el área controlada, sin la presencia de elementos de seguridad.
Aunque las autoridades estatales mantienen la hipótesis de un hundimiento por causas naturales, el Frente de Pueblos Unidos rechazó dicha posibilidad, al sostener que la afección fue por la extracción del agua en la región, llevada a cabo por diversas empresas, entre ellas Bonafont.
VER: Vecinos señalan a Bonafont como la responsable del socavón por la extracción del agua