Puebla, 07 de mayo del 2024

Emociones, Salud Mental y Deporte

Por Betzabé Vancini / /

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Se acaban los juegos olímpicos y la nota sin duda fue la declaración de la gimnasta Simone Biles sobre su retiro de varias contiendas debido a la presión y el riesgo que esto suponía para su salud mental en ese momento. Por supuesto, como todo en esta vida, hubo quienes aplaudieron su decisión pero hubo también quiénes criticaron duramente a la atleta por “no rendir” o no cumplir las expectativas que se tenían sobre ella.

Simone Biles tiene una larga trayectoria en la gimnasia olímpica, sin embargo, también tiene una larga trayectoria de experiencias que han afectado su salud mental. En primera instancia, haber sido una de las muchas niñas abusadas sexualmente por su entrenador, haber competido en juegos olímpicos a muy corta edad y haber superado varios problemas por temas raciales dentro de la gimnasia, sólo por mencionar algunos. Ella, junto con otras compañeras, encabezaron la protesta y las declaraciones que hicieron que FINALMENTE corrieran al violador que tenían como entrenador y que fueran escuchadas por el comité olímpico y la comisión del deporte de Estados Unidos. Si haber sido víctima de abuso sexual, desarrollar un trastorno de la alimentación y ser ‘obligadas’ a competir a tan corta edad, no son motivos suficientes para hablar de salud mental, entonces no sé qué más puedo decirte.

En el deporte de alto rendimiento la mentalidad es fundamental para lograr cualquier meta ya que, cuando tu cuerpo está al límite, es tu mente LA ÚNICA que puede ayudarte a sobreponerte a la fatiga y al dolor para llegar a tu meta. Todo deportista de competencia lo sabe. Esa mentalidad se construye con varias piezas:

1. La disciplina, que te ayuda a estructurar un estilo de vida encaminado a tu meta.
2. La concentración, que te permite borrar todo distractor del entorno para lograr una rutina perfecta.
3. La constancia, es decir, la capacidad de repetir esa rutina y de seguir tus hábitos incluso cuando no tienes ganas de hacerlo.

Lamentablemente, durante muchos años en el deporte de alto rendimiento se han cuidado factores como la nutrición, el entrenamiento y el descanso pero se han dejado fuera variables fundamentes como la salud mental y emocional.

¿CÓMO AFECTA LA SALUD MENTAL EN EL DEPORTE?

Seas un deportista de alto rendimiento o no, la salud mental será un factor que jugará a favor en contra cada vez que estés en una competencia. Hablar de salud mental no es sólo hablar de emociones, sino materialmente hablar de problemas neurobiológicos que pueden afectar directamente del desempeño de cualquier persona en un área como esta. Te menciono las dos principales s a continuación:

La depresión, por ejemplo, puede socavar completamente la disciplina y la constancia. La falta de serotonina en el cerebro hace que algunas veces no puedas ni siquiera salir de la cama y que tu alimento sea lo más cercano que encuentres, incluso si es la pizza de ayer o cereal con leche. Una persona deprimida no estará motivada para competir, no disfrutará su rutina y por ende, su rendimiento bajará considerablemente. La misma falta de serotonina provoca falta de concentración, fallas en la memoria a corto plazo y problemas en el ciclo del sueño.

La ansiedad: El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se caracteriza porque la persona se mantiene en un estado constante de alerta, como si estuviera todo el tiempo frente a una amenaza de la cual tiene que defenderse. Las personas con TAG suelen tener un ritmo cardíaco mucho más alto que las personas promedio, suelen tener sobresaltos, problemas para dormir, ataques de pánico y suelen responder agresivamente ante la presión del entorno. Es frecuente que haya crisis de llanto, problemas de concentración, y somatizaciones como: gastritis, colitis, dolores musculares, migrañas, erupciones cutáneas, entre muchos otros.

¿Te imaginas tener qué competir así? ¿Puedes imaginarte que sea el día más importante de tu carrera como atleta, en el que todo mundo a tu alrededor ha puesto sus expectativas y tú no ten sientas bien ni para salir? Esto es un poco de lo que viven los atletas de alto rendimiento en cada competencia, sin importar si es un partido de futbol, una pelea de box o los 400 metros planos. La salud mental DETERMINA el rendimiento. Sin embargo, se ha ignorado tanto este tema que atletas como el mismísimo Michael Phelps han tenido colapsos emocionales posteriores a las competencias. No es raro que haya problemas de adicciones, depresión severa o incluso intentos de suicidio. El piloto Daniel Ricciardo declaró recientemente a los medios de comunicación que está “muy tocado psicológicamente” por la competencia y que el hecho de reflexionar que pone su vida en riesgo por bajar su tiempo en la pista “le ha robado todo su amor por la Fórmula 1.” Y es que, cuando eso que amas te destruye, ya no tiene mucho sentido seguir haciéndolo, salvo que quieras morirte ahí.

EL DEPORTE COMO UN FACTOR CURATIVO EN SALUD MENTAL:

A todos mis pacientes, salvo que presenten alguna incapacidad para ello, les recomiendo el deporte como tratamiento de su salud mental. Múltiples estudios de muchas universidades alrededor del mundo han demostrado que 30 minutos de ejercicio diario contribuyen favorablemente a la producción de serotonina, endorfinas y dopamina, neurotransmisores que son ESENCIALES para una sensación de bienestar, que además contribuyen junto con el tratamiento farmacológico y psicoterapéutico adecuado a la prevención y tratamiento de la depresión, la ansiedad, entre otros trastornos. Incluso desde mi propia experiencia como persona diagnosticada con TAG y con episodios depresivos, puedo constatar que desde que incorporé el ejercicio a mi vida, la reincidencia en estos padecimientos disminuyó considerablemente, al grado de casi desaparecer. Sin embargo, interiorizar una rutina de actividad física puede ser un factor estresante para una persona que recién comienza su tratamiento psicológico y debe hacerse de manera paulatina, paciente y con mucha compasión hacia el progreso gradual. Aunado a esto, no todos los deportes son para todos, habrá quien quiera subirse a un ring de box y habrá quien quiera practicar estiramientos en casa, o salir a caminar con sus mascotas. No importa, hay deportes de todo tipo, para todas las personas.

La diferencia entre los deportistas normales y los de alto rendimiento radica en la cantidad de presión, estrés y la rigidez de la rutina que los de alto rendimiento tienen que incluir en sus vidas para obtener los resultados esperados. Desde el punto de vista de la salud mental, vivir para cumplir expectativas altas ya sean propias o ajenas, detonará siempre problemas de ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo y socavará el autoestima.

Que no se nos olvide que la actividad física y el deporte deben estar enfocados en la mejora gradual, en el disfrute y en hacernos felices. Si esa actividad deportiva está suponiendo una amenaza para la vida o para la salud mental, es momento de reflexionar si es verdaderamente bueno para quien lo practica o si las personas están arriesgando sus vidas para entretenimiento de los demás, para una marca, y para evitar críticas.

¡Gracias Simone Biles por poner el tema sobre la mesa y hacernos pensar al respecto! Ser un/a/e deportista extraordinario/a/e, no tiene por qué tener como condición convertirse en un ser humano infeliz.

Como siempre, estaré atenta a todas tus preguntas y comentarios vía Twitter. Tanto ahí como en Instagram me encuentras como @psicobetza.