Puebla, 19 de marzo del 2024

Ayuno intermitente ¿buena idea?

Por Betzabé Vancini / /
Ayuno intermitente ¿buena idea?
Foto: Central

Tú, yo y el Ello...

Las metodologías para realizar ayuno intermitente se publicitan en todas las plataformas digitales: instragram, tiktok, Facebook, Twitter y hasta en Pinterest. No es raro que alguna celebridad o modelo fitness recomiende su método de ayuno intermitente en turno, incluso hay médicos que lo recomiendan para algunos tipos de pacientes, o bien que lo han hecho parte de su estilo de vida. Pero ¿es recomendable?

No es mi postura hablar desde la parte nutricional o médica del ayuno intermitente, pero sí puedo hablarte desde la parte clínica de salud mental. Los efectos que este tipo de prácticas tienen en personas jóvenes que se acercan a esto como una forma de mantener o conseguir la delgadez, y es que, desde ahí, ya vamos mal. Te explico:

El ayuno intermitente es una metodología que se ha practicado desde hace años en varias culturas, principalmente en contextos religiosos como el Islam y en parte del cristianismo, y que a últimas fechas se ha popularizado por los supuestos efectos que tiene en el metabolismo y en la consecución de metas estéticas, como bajar de peso o mantener una figura esbelta. Básicamente, consiste en la privación de alimento por un periodo de varias horas durante el día, según el esquema, y el consumo de “todos” los alimentos en un periodo corto de horas en el mismo día. Por ejemplo, hacer ayuno de 18 horas y consumir alimentos únicamente en 6 horas durante el día. En algunos casos, estos modelos de ayuno suelen prolongarse no sólo por horas sino por días, llegando a ser el máximo un ayuno de 41 días al que se le conoce como “water fasting” o “ayuno de agua” pues es lo único que se permite consumir durante todo ese tiempo. Todo esto bajo una supuesta evidencia científica de mejorar condiciones como la diabetes o la hipertensión, sin embargo, la mayoría de estos estudios “científicos” son vagos y redundantes. Claro, si tienes diabetes y dejas de comer por 20 días, por supuesto que tu glucosa en sangre va a bajar, eso es OBVIO, pero lo que no te dicen es que también se acelerará tu ritmo cardiaco, tendrás hipotermia, te sentirás desorientado/a, y estarás expuesto/a a un accidente cerebrovascular inminente, incluso a la muerte. Pero insisto, no es mi tarea meterme en la parte médica sino en la psicológica.

¿POR QUÉ ES MALA IDEA?

Más allá de los daños evidentes a la salud que causa la privación prolongada de alimentos, hay ciertas cuestiones de salud mental que debes tomar en cuenta. Las menciono a continuación:

  • Cuando el cerebro es privado de nutrientes durante un periodo prolongado comienza a sacrificar funciones “no vitales” como la atención, la memoria, la retención, el deseo sexual y finalmente, la inteligencia. Esto quiere decir que dejar de comer sí te hace menos inteligente y te hará rendir menos en todo, hasta en tus relaciones sexuales.
  • La privación de alimento por periodos prolongados bajo la metodología que sea por razones de apariencia constituye un TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA.
  • El ayuno intermitente es la puerta más rápida para justificar la anorexia: no es que la persona “no quiera comer” sino que está en “un tratamiento médico” que le autoriza a privarse de alimento por horas e incluso días. Más aún si está reforzado por celebridades y seudo médicos que avalan este tipo de procedimientos. La persona tardará mucho en darse cuenta de que se enfrenta a la anorexia pues estará validada por todo el bombardeo en redes que hay al respecto.
  • La mayoría de las personas jóvenes de entre 14 y 28 años que hacen ayuno intermitente también hacen “purgas” a modo de compensaciones para expiar la culpa de los alimentos que consumen. Estas compensaciones van desde el uso de laxantes hasta rutinas extenuantes de ejercicio para “quemar” lo que comieron.
  • La sensación de hambre prolongada y la baja glucosa en la sangre producen irritabilidad, ansiedad, baja energía para realizar actividades cotidianas y, esta práctica a largo plazo puede producir depresión, demencia e ideas suicidas.
  • Como en cualquier otro trastorno de alimentación, la persona invertirá tanto tiempo y tanta energía mental en “respetar” los horarios y las condiciones de su régimen que afectará su vida social: la convivencia con otros se dificulta debido a que no pueden comer a esa hora o no pueden comer “eso” que los demás están comiendo. Por consecuencia, sus relaciones personales, sociales y laborales se van desgastando hasta desaparecer. La persona prefiere aislarse que tener que dar explicaciones o tener que romper su régimen.
  • En personas con características obsesivo-compulsivas -TOC- este tipo de prácticas puede producir una conducta rígida y repetitiva que les ocasionará problemas muy graves de ansiedad y depresión. La falta de flexibilidad en la estructura de personalidad también dificultará la vida laboral y social de quien la padece.
  • En personas con condiciones como bipolaridad y esquizofrenia, el ayuno es un desencadenante de episodios de manía o de psicosis debido a la privación de alimento. Así mismo, es frecuente que las personas con estas condiciones que inician un régimen de ayuno intermitente abandonen sus medicamentos con el fin de “purificar sus cuerpos” lo que finalmente termina en brotes psicóticos que pueden requerir internamiento psiquiátrico para controlarse.
  • Adolescentes que se relacionan con este método desarrollan una relación de amor-odio con la comida, lo cual se transforma en trastornos de auto imagen o de la conducta alimentaria a lo largo de sus vidas.

En resumen, las prácticas de ayuno intermitente no son para todos ya que algunas personas desarrollarán problemas emocionales y mentales mucho más graves que otras al hacerlos. Tanto profesionales médicos como profesionales de la salud mental, debemos trabajar en pro de que las personas tengan una relación saludable con la comida, de autocuidado, y una relación saludable con su cuerpo. Trabajar por una autoestima saludable también implica no ponerse en riesgo con prácticas que están de moda pero que no son seguras para nadie, especialmente, para la gente joven. Si tienes una relación sana con tu cuerpo y con la comida, no hay necesidad de hacer dietas de ningún tipo; elegirás los alimentos que te hagan mejor y respetarás la cantidad adecuada para tu organismo en lugar de atracarte o por el contrario, de restringirte. Recuerda que alimentarte sanamente es un proyecto A LARGO PLAZO y no hay ninguna dieta que sane tu relación con tu cuerpo, eso únicamente puedes trabajarlo con mucha paciencia, compasión y terapia. Si tu nutricionista o médico te recomienda hacer este método: HUYE.

Para más información, te recomiendo ver el documental sobre ayuno intermitente en la serie de Netflix llamada “Para bien o para mal.” Una serie documental que aborda los problemas de la moda en la cultura del “Wellness.”

Como siempre, estaré atenta a todos tus comentarios y preguntas vía Twitter. Me encuentras como @betzalcoatl. También puedes checar nuestro episodio “Ayuno y otros trastornos alimenticios” del podcast PSICOTERAPIA PARA LLEVAR. Nos encuentras en YouTube, Spotify y todas las plataformas de podcasts.