Ahora sí, como dice el viejo y reconocido refrán: “Platica poblano mientras yo te gano”, que aplica perfectamente para mi adorada Claudia Rivera y el gobernador Miguel Barbosa, pues les comieron el mandado mientras están en su disputa interminable.
Desde hace meses les advertimos que Aristóteles Belmont, quien desembarcó desde la Ciudad de México, venía con todo a Puebla para construir la estructura de su gran amiga, Claudia Sheinbaum, con miras al 2024 y su carrera presidencial.
Poco a poquito, sin chistar, sin hacer ruido y manejando un perfil bajo, Aristóteles se fue metiendo a la política poblana. Él palomeó las candidaturas a los distintos cargos de elección popular que se renovarán el próximo 6 de junio.
Conoció y se hizo amigo de las bases de Morena. Incluso, convenció a muchos morenistas de postularse y a los que se querían bajar les dijo que no lo hicieran.
Y está bien que alguien externo y gente de la confianza de Claudia Sheinbaum tome las riendas de Morena, pues se requiere de un perfil neutral con otras perspectivas y una visión nacional para conducir a su partido.
Así, no uno ni otro grupo local intentará llevar mano, aunque imagino que la disputa se dará en lo nacional, entre los aspirantes a la Presidencia de la República como la propia Sheinbaum, Ricardo Monreal o Marcelo Ebrard, pero al menos ya en Puebla nos podremos relajar un poquito.
Y es que Morena ha sido dinamitado debido a las disputas internas por el control de la dirigencia estatal, y mientras seguían estas peleas, Aristóteles se coló.
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Que me despierten el 7 de junio
No sé ustedes, pero yo le estoy comiendo las uñas de la incertidumbre por saber quién ganará las elecciones a la Presidencia Municipal de Puebla.
Y es que me cuentan que en los equipos de Lalo Rivera y Claudia Rivera hay cierta preocupación, pues, aunque la diferencia por candidato beneficia al panista, a la hora de evaluar las preferencias electorales por partido, Morena va a la cabeza.
Solo esperemos que sean unas elecciones pacíficas sin violencia, pues si de algo ya estamos cansados es de esa inseguridad, la misma que se apoderó de las campañas en 2018 y que hay indicios de que pueda repetirse, por los intereses políticos que hay detrás del resultado del próximo 6 de junio.
Cómo dice mi abuelita “Que sea lo que Dios quiera”.