Gabriel Biestro y Mario Bracamonte quisieron desafiar a la dirigencia nacional de Morena. Pensaron que podían jugarle las contras a Mario Delgado y salieron perdiendo.
Biestro confabuló con Bracamonte para que éste último se hiciera de la dirigencia estatal de Morena, a pesar de que había una orden expresa de Mario Delgado para dejar en paz a Edgar Garmendia al frente del Comité Ejecutivo Estatal.
La intención de Biestro era que desde la dirigencia encabezada por Bracamonte se tejiera su candidatura a la Presidencia Municipal de Puebla, pero todo le salió mal, pues obvio ni Delgado ni los consejeros ni Edgar Garmendia se dejarían, además de que ya tenían el tiempo encima para hacer cualquier jugarreta.
Pero, aún así, siguieron con su "siniestro" plan. Después con la ayuda de Alejandro Haddad, quien trabaja con Bracamonte, Eduardo Carreño y Viridiana Aguayo, miembros del Consejo Estatal quisieron convencer al resto de sus compañeros de apoyar al dúo maravilla, prometiéndoles regidurías y cargos en los siguientes ayuntamientos que gane Morena.
Por supuesto, la mayoría de los consejeros están en contra de Biestro, y peor aún, de Mario Bracamonte. Así que en cuanto pudieron los echaron de cabeza revelando la "siniestra" estrategia, así que a través del Consejo Estatal tampoco pudieron hacer nada.
Y como ya les ganó el tiempo, y todo les salió mal, Bracamonte no tuvo más remedio que anticipar la declinación de Biestro al asegurar que habrá imposición en Morena.
Además, Mario Bracamonte se lanzó en contra de Claudia Rivera, sentenciando que no es ético que siendo alcaldesa de Puebla haga precampaña para su reelección. Aunque de Biestro y del hecho de que sigue siendo diputado no dijo nada, y pese a que el líder del Congreso declaró a El Sol de Puebla que en los primeros días de febrero pediría licencia. Una mentira más.