Puebla, 19 de abril del 2024

Ni Lalo Rivera ni Pepe Chedraui ¿Quién ganará realmente en las elecciones del 2021?

Por Yonadab Cabrera Cruz / /
Ni Lalo Rivera ni Pepe Chedraui ¿Quién ganará realmente en las elecciones del 2021?
Foto: Central

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Me queda claro que para las elecciones de este año solo habrá un ganador. Él mismo fue claro en las dos entrevistas que tuvo con Central al señalar que, con o sin Morena, tendrá mayoría en el Congreso del Estado y por supuesto, también logrará el control del Ayuntamiento de Puebla.

Me queda claro que el gobernador Miguel Barbosa es un político muy hábil y de mucha experiencia, tanta que no tiene empacho en evidenciar que puede infiltrarse en el PRI, el PAN y el PRD, partido en el que militó muchos años y en el que aún mantiene contactos.

Y hay algo que no están midiendo los dirigentes de la coalición PRIANPRD, y es la falta de tiempo para lograr los acuerdos que requieren, sobre todo para designar a un "candidato de unidad" a la Presidencia Municipal de Puebla.

Es evidente el marasmo que viven los tres partidos opositores en Puebla, la nula capacidad de generar acuerdos entre sus tribus y el tiempo que juega en su contra. Pero de todo esto, el único beneficiario será el gobernador. Ya algunos compañeros columnistas han escrito sobre los acuerdos que ha hecho con Lalo Rivera y, si al final eligen como candidato a Pepe Chedraui, también ganará Barbosa porque es su enlace con los empresarios.

El efecto catch, allí con todos los resentidos, ignorados y desplazados de los partidos es una de las muchas estrategias que opera Barbosa mediante su mariscal electoral, Eric Cotoñeto. Desde el Verde, pasando por las Redes Progresistas, hasta Fuerza Social por México de Rafael Moreno Valle Buitrón están alineados ofreciéndoles todas las facilidades a todas las facciones partidistas que se ve, no coronarán candidatura en sus partidos.

Por ejemplo, la “panista” Miriam Mozo, quien ya tiene asegurada una candidatura y que es conocida por sus tradiciones políticas. La estrategia es simple, ante la cerrazón con los morenistas que controlan el partido, abrir terreno mediante estos logos que no tienen ni estructura ni liderazgos propios, así, quitándole todo lo que puedan a los tres partidos opositores, atomizará el voto y demostrará el músculo del gobierno estatal.

Lo que ofrecen los partidos “opositores” al gobernador, por llamarlos de alguna manera, es apetecible para los fines antes mencionados. Las tribus de panistas, priistas y perredistas, desdibujados de su ideario desde hace mucho, y en orfandad desde poco menos, siguen en sus juegos de chantaje intestino esperando ser ungidos en alguna de las posiciones que ambicionan.

Estirando la liga de las negociaciones nacionales donde Puebla deja de ser prioridad para la alianza opositora. Solo un milagro puede salvarlos, porque de voluntad no llegarán a definir con buen augurio la candidatura de la capital y las diputaciones que comprende la demarcación.

Dicen los más allegados al centro de dicha coalición que ya se les acaban los días a los partidos por mostrar altura de miras y generosidad. Los partidos, aun cuando tienen asignados municipios, distritos y estados, han signado un compromiso nacional donde su convocante, los grupos de sociedad civil, también opinan y cuentan, y cuando los partidos demuestran su incapacidad, por simple gravedad las cosas caen al centro donde ya tienen preparado el remedio.

Como reza el famoso dicho "No entienden que no entienden", que la prioridad nacional de la llamada alianza “Va por México” es restar poder a MORENA y sus partidos satélites en el ámbito del Congreso federal, así como generar una gran contención en los estados en donde también habrá elecciones a las gubernaturas.

Bajo esta lógica, la candidatura para el municipio de Puebla, hasta hoy atorada entre un panista de cepa como lo es Eduardo Rivera, y un incipiente aspirante identificado plenamente con el viejo PRI en la persona de Pepe Chedraui, responderá fundamental a los fines nacionales signados por los 3 partidos aliancistas, bajo la mirada y legitimación del llamado movimiento Sí por México, en donde se agrupan las organizaciones sociales.

Según los cálculos sin este flanco ciudadano, las próximas elecciones serán terreno perdido para la oposición, dada la falta de credibilidad en los institutos políticos.

¿Qué pasaría si en lugar de elegir entre Lalo Rivera y Pepe Chedraui, el PAN, PRI y PRD buscan un perfil ciudadano que sea respaldado por los poblanos?

Recordemos que en 2010 el PAN quiso impulsar a Amy Camacho, quien era bien aceptada por la gente de todo grado, que Lalo Rivera declaró que de ser ella y por tratarse de un perfil partidista que garantizaba el triunfo de su partido, él estaba dispuesto a declinar por ella.

Y no me queda la menor duda que en los próximos días saldrán como en cada elección, ciudadanos que quieran ser abanderados por un partido político para buscar la Presidencia Municipal de Puebla.

Porque pueden surgir desde diversos orígenes y con historia propia, personas que tengan en común un prestigio social, y la gran promesa de poder hacer las cosas mejor de lo que se vienen haciendo, sin los prejuicios partidistas que hasta hoy, han paralizado los acuerdos; así que será con esto último que a todas las tribus les podrán ofrecer espacios a cambio de lo único que saben hacer: mover a sus huestes electorales y quien tenga más saliva trague más pinole.