Sí, ya sé.
Los fans de López Obrador se me irán encima.
También sé que dirán que así hubiera denunciado a los gobiernos de Peña Nieto y Calderón.
El problema de los amlovers es que quienes carecen de memoria histórica y no leen, son ellos.
Igual dirán que son puras mentiras o charlatanería barata. Pero basta con ver las tradicionales y propagandísticas ruedas de prensa mañaneras, para darnos cuenta de la represión del gobierno de López Obrador.
Esa represión está ahí, a la vista de todos, es pública. Pero hay otra oculta que está haciendo más daño y que atañe a los diferentes grupos sociales y que tiene que ver hasta con amenazas.
Como esa represión que su gobierno está ejerciendo a los pueblos unidos que mantienen tomadas las instalaciones de Bonafont.
A mí ya me resultaba curioso que un gobierno que se dice progresista, defensor de los derechos humanos y de los pueblos originarios, no haya dado una postura hasta el momento sobre el tema de Bonafont en Juan C. Bonilla.
Peor aún, la Conagua le actualizó la concesión a la empresa originaria de Francia para seguir extrayendo agua de “uso doméstico” que tiene al interior de la “bodega”.
Y encima de todo, el gobierno federal se filtró en el movimiento. Ha mandado espías a las pláticas y foros que tienen constantemente los pueblos unidos, además de que han amenazado a académicos y universidades que los apoyaban.
Así es, me cuentan que las amenazas del gobierno de López Obrador contra la gente que dice defender va desde la cárcel hasta cosas más graves, por lo que muchos investigadores de la BUAP, la UNAM y la Ibero, tuvieron que replegarse.
Optaron por ya no asomar la cabeza, ya no parecer en los foros, talleres, pláticas, ni siquiera poner un pie en las inmediaciones de Bonafont. Pero además son académicos 100% de izquierda, que llevan años en la lucha social y así son tratados.
En fin, la hipocresía y verdadera cara de este gobierno federal.