Seguramente para estas horas del día, el ejercicio periodístico que realizó Central sobre el análisis y monitoreo de las notas informativas relacionadas a las campañas electorales de Claudia Rivera y Lalo Rivera, ya ocasionó molestia en algunos compañeros, otros más se han de estar burlando para ocultar la crítica, y los más conscientes y profesionales deben estar reflexionando sobre el asunto.
Este ejercicio se propuso precisamente como una forma de reflexión, crítica y autocrítica, pues hay una línea muy delgada entre informar e incitar al odio en contra candidato. El monitoreo que expone Periódico Central demuestra que a los medios de comunicación y periodistas nos hace falta profesionalización, conocimiento de las leyes, protocolos, tratados, estudios y evolucionar a los nuevos modelos de comunicación.
Claro, incluyo a Periódico Central. Pero resulta grave el hecho de que los medios de comunicación condenemos, juzguemos, descalifiquemos y enjuiciemos a las personas de las que escribimos.
Que haya 721 notas negativas en contra de Claudia Rivera y solo 66 de Lalo Rivera en los medios de comunicación de Puebla más leídos, no es un asunto de profesionalismo sino de favoritismo. Que haya un ataque sistemático en contra de una candidata no es periodístico, es más bien una campaña de odio.
Claro, celebro que haya medios de comunicación como El Sol de Puebla, e-consulta o La Jornada de Oriente que dieron un trato más equilibrado a los candidatos. En contraste hubo medios cuyas notas estuvieron plagadas de calificativos, pese a que eso no es periodístico.
Que un medio de comunicación se desviva en halagos a favor de un candidato y a otro un día sí y el otro también, lo linche mediática y socialmente, debe ser motivo de cuestionamientos sobre su desempeño.
En fin, los datos duros ahí están, ahí está el ejercicio que realizó Central para reflexionar sobre el papel que jugamos en la nueva era de la comunicación: ¿Somos medios de comunicación o agencias de campañas negras?
