Ganar como lo hace el América puede ser un arma de doble filo. Por un lado, siempre será más fácil corregir con resultados positivos y siendo puntero de la liga, pero eso no significa que se estén haciendo las cosas de buena manera. Solari debe estar consciente que su equipo juega realmente feo.
Y aunque es todo un proceso, hay que aceptar que la mejora ha sido bastante lenta. Vean, por ejemplo, al equipo del Vasco Aguirre. Monterrey, así salga sin tres de sus delanteros clave, es favorito ante cualquier equipo y no sólo por el nombre, sino por lo que despliega dentro del campo.
Seamos muy sinceros, América ha ganado varios partidos que, por lo visto dentro del campo, no merecían ni un solo punto. El sábado contra Atlas, con un hombre más y ventaja de un gol, se dedicaron a defender todo el segundo tiempo la ventaja que sacaron por un penal sumamente dudoso.
Mentiroso aquel que diga que las Águilas merecían ganar ese juego.
Los verdaderos aficionados, aquellos que saben que la exigencia del club está por encima de sólo ganar tres puntos, deben estar preocupados. Jugando así, no van a llegar a ningún lado.
Si están punteros es porque su calendario inició contra rivales muy accesibles. El único partido complicado (vs Rayados), perdieron. Se vienen rivales como Tijuana, Chivas, Tigres, Cruz Azul… ¿En serio creen que pueden ganar?
Lo único bueno que encuentro entre todo lo malo, es que se está confiando en la gente joven. Santi parece ser un técnico que no le tiembla la mano alinear a Nevada en lugar de Richard o Aquino. Juegan los que realmente se ganan su lugar.
Ese factor hace que la competencia interna sea mucho más dura. América carece de ideas y cuestiones técnicas, pero pelean cada pelota como si fuera la única, cosa que, con Miguel Herrera, ya se había perdido.
Ahora, esperemos que Santiago Solari sepa manejar el muy difícil vestidor del equipo. Sentar a Gio, Roger, Richard y ni si quiera convocar a Viñas, es tener valor.
Siempre será bueno ver a Las Águilas en lo más alto. Al final, es el rival a vencer. Ya urge que el buen fútbol llegue pronto.
Que no se les olvide, americanistas: la obligación del club es ganar, gustar y si se puede, golear. No se conformen con ser el menos malo de todos.