“La inteligencia no es solo la capacidad de razonar; es también la capacidad de encontrar material relevante en la memoria y enfocar la atención cuando se necesita”: Daniel Kahneman, “Piensa Rápido y Lento”
Seguro les pasa lo mismo amigos, cada tarde, en la tertulia después de la comida, ya se hizo habitual la pregunta: mamá, ¿y vamos a regresar a la escuela?; al final del día ambos niños terminan diciendo: “¡Si, ya quiero regresar a ver a mis amigos!”.
Más allá de que los niños ya quieran regresar a las aulas, existen argumentos sociales, tecnológicos y de salud pública que son muy importantes considerar para el regreso a clases presenciales.
Pensar que todas las familias y por ende todos los hijos de familia, realmente están en cuarentena, es una inocencia. Los niños dentro de áreas de campo o en sectores de pobreza urbana realmente ¡no están confinados!, veamos lo siguiente:
En el aspecto social, hay dos factores muy importantes a considerar para que se regrese a las escuelas; según información del último censo de población, el 33% de los habitantes del País vive en poblaciones menores a 15 mil habitantes, principalmente en zonas rurales; bajo este contexto tenemos a más de 13 millones de menores viviendo en zonas no urbanas, y si a esta cifra le sumamos los 11 millones de infantes en pobreza urbana, llegamos a 24 millones de menores susceptibles a drogadicción, trabajo infantil o ser reclutado por bandas delictivas, entre otros riesgos que provoca el ecosistema humano.
Otro tema importante ligado a estos 24 millones de niños mencionados en el párrafo anterior es el acceso a herramientas tecnológicas. Las estadísticas generales dicen que solo el 76.6% de la población urbana y el 47.7% de la rural tiene acceso a internet. Esto nos pone en un punto en el que 6.8 millones de niños en áreas de campo y 2.6 infantes en las urbes no tienen internet, dando un total de 9.4 millones de niños no tienen acceso a tecnologías educativas. Otro argumento más para visualizar que tenemos muchos millones de niños con ocio y tentaciones a comportamientos antisociales.
Y por último, en el aspecto de salud pública, es muy importante que los niños tengan contacto con otros niños para complementar sus habilidades cognitivas, emocionales, intuitivas y colaborativas como integrantes de la sociedad. Los niños son un cúmulo de energía y su naturaleza les exige socializar e interactuar. Con el estatus actual, tenemos ya niños con obesidad, ansiedad, depresión, demencia y funciones inmunitarias débiles. Esto es muy triste.
¿Qué buscamos, más contagios temporales de COVID o más delincuencia?, la desocupación de los infantes corroe el tejido social, ¡Es urgente regresar a clases!
Pensar en no regresar a clases es una posición individualista, que nos perjudicará en un futuro próximo como sociedad en conjunto. ¡Ya hay que regresar a la educación presencial!
Comentarios: jorge.medinasal@gmail.com.