El diputado federal Saúl Huerta, hoy con tres denuncias por abuso sexual contra menores de edad, pertenecía al grupo del senador expriista, Alejandro Armenta Mier.
Con él trabajó cuando militaban ambos en las filas del tricolor y con él salió del partido para brincar al reluciente barco de Morena.
Armenta lo impulsó en 2011 para que subiera como secretario adjunto del tricolor, y él también lo ayudó en 2008 la candidatura a diputado federal por el distrito 11. No estoy diciendo que sabía que era un pederasta, solo que era su padrino en Morena.
Los que sí sabían, y han comenzado a investigar, es a sus colaboradores cercanos. Secretarios particulares, asistentes y choferes, quienes era imposible que ignoraran su cacería de jóvenes para abusar de ellos.
Hoy CENTRAL presenta una entrevista con la líder popular del distrito 11 de Puebla, Orfa Castro quien confiesa que en 2006 el legislador citó a los líderes de la zona para pedirles que acercaran a jóvenes a su equipo.
Siempre usó promesas de superación como anzuelo, dice la líder a nuestros compañeros periodistas Yonadab Cabrera, Edmundo Velázquez y Bryan Rivera, quienes han dado puntual seguimiento al caso desde el 21 de abril, cuando surgió la primera denuncia en su contra por pederastia.
Era previsible lo que sucedería. Saúl Huera desapareció del mapa la noche del 21 de abril cuando Ciro Gómez Leyva dio a conocer las entrevistas y audios que recabó la periodista, Yohali Reséndiz de la víctima del diputado.
CENTRAL dio cuenta de su oficina cerrada en el Congreso de la Unión y su curul vacía en la sesión de este 28 de abril. Tampoco pasó lista para votar de forma virtual. Nadie sabe dónde está.
Su propio coordinador y compañeros de bancada lo han buscado para saber qué pasará con él. Dio de baja su número celular y el WhatsApp, no hay manera de cómo contactarlo.
Por eso, ayer, el presidente de la Comisión Instructora declaró a los medios que notificarán al diputado, por todas las vías posibles, que su proceso de desafuero ha iniciado y que tiene siete días para fijar una postura, porque nadie sabe dónde está.
Orfa Castro conoce ya a cinco víctimas más de Saúl Huerta, más tres que han denunciado formalmente y otras tres que han hecho pronunciamientos mediáticos. Suman 11.
La lucha ahora es porque estos testimonios de abuso lleguen en forma de denuncia a la Fiscalía, porque solo así se podrá sostener jurídicamente que Saúl Huerta era un depredador, un violador sistemático. Uno que tal vez ya ni esté en el país.
