La revelación de Saúl Huerta como presunto pederasta ha significado para Morena una gran abolladura en época electoral. Sobre todo, porque su caso sucedió casi al hilo que el de Salgado Macedonio y David Monreal.
Más aún si se comprueba la teoría de que se ha dado a la fuga.
En términos políticos, los Morenos andan muy atareados encontrando quién ocupará la candidatura que dejó vacante Saul Huerta, que es la diputación federal por el Distrito 11.
Un distrito que además creen que tienen prácticamente ganado.
El primero en la lista fue Gabriel Biestro, pero como ya se los conté en columnas anteriores, el diputado local con licencia seguirá férreo peleando por la alcaldía de Puebla, que hoy mantiene impugnada.
Su interés, en todo caso, es la dirigencia estatal del partido y ve en la postulación un premio de consolación que no está dispuesto a aceptar.
Aunque a mí me parecería una oportunidad imperdible de fortalecer su grupo político.
El segundo en tener el ofrecimiento fue Iván Camacho quien también declinó.
El nuevo convocado es Iván Galindo, quien actualmente se ostenta como asesor de la presidenta del municipio de Puebla, Claudia Rivera Vivanco.
Actualmente, Galindo milita en el PRI y es férreo opositor al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. No comulga con los “ideales” de la 4T, y no es un secreto, es una postura que mantiene vigente en sus redes sociales.
Pertenecía al ala dogerista del tricolor, pero rompió con ella cuando en la elección de 2012 se negó a dejar la regiduría que se había ganado por dar paso a otro de su grupo político.
En la administración de Luis Banck fue regidor y demostró un gran trabajo en el Cabildo. Con ello quiero resaltar que no será un diputado que vaya a San Lázaro nada más a calentar la curul.
Si le entregan la candidatura habrá dos lectura: que otro priista se ha colado a sus filas o que la 4T permite el disentimiento y la crítica.
