Quién iba a pensarlo. La verdad es que muchos ya ni nos acordábamos de la existencia de Movimiento Ciudadano, el partido que hoy se encuentra en medio del escándalo por la venta de candidaturas que le trajo el mote a Fernando Morales de “El Neni de las candidaturas”.
Pues este “neni” no solo ha lucrado con la venta de espacios para el próximo 6 de junio, sino que ha exprimido cada peso de las prerrogativas de Movimiento Ciudadano.
Este 25 de marzo, en #DandoData, CENTRAL publicó una reveladora investigación que da cuenta de cómo Fernando Morales gastó 5 millones 744 mil pesos en plena pandemia para comprar supuestamente souvenirs de campaña.
La periodista Elena Domínguez da cuenta de la extraña naturaleza de las empresas beneficiadas y creadas, al parecer, expresamente para que Morales desviara estos recursos.
Compras millonarias de playeras, gorras, banderas, sudaderas, pulseras y bolsas ecológicas que alcanzarían para todos los partidos de todo el estado de Puebla. Supera, les aseguro, hasta el número de afiliados a Movimiento Ciudadano.
Hay más.
Otra forma que ha encontrado el expriista de saquear las arcas del partido naranja y llenar las propias, me dicen, es la nómina con sueldazos que ya quisiéramos cualquiera de nosotros.
La tesorera, Carolina Rafael Velázquez, cobra 46 mil pesos al mes; su esposo, el expriista Othón Bailleres, 30 mil; su papá, quien obviamente no trabaja en el partido y es dueño de los restaurantes Rafas, 26 mil pesos.
Apenas hace unos días, cachó que Carolina depositaba mensualmente 63 mil pesos de renta, una renta que en realidad cuesta 43 mil pesos, por lo que además de su súper sueldo se embolsa otros 20 mil pesos al mes, pero como “ladrón que roba a ladrón, tiene mil años de perdón”, aunque le reclamó no pudo correrla porque ella sabe de todos los demás desvíos.
Cada una de las candidaturas entregadas para este proceso han sido vendidas entre 100 mil y hasta 3 millones de pesos. Él asegura que, las más caras, ya están trabajadas y serán ganadas sin problema. Mentira, Morales se ha tirado a la hamaca por meses y en lo único que ha trabajado arduamente es en el desvío de los recursos.