La impugnación que tiró a Fredy Erazo como magistrado del Tribunal Electoral del Estado (TEEP) despertó la ira del senador Alejandro Armenta, quien este fin de semana rompió el pacto con el gobernador Miguel Barbosa y decidió anunciar que buscará la candidatura por la presidencia municipal de Puebla.
Fue el 26 de abril cuando el senador Ricardo Monreal casi casi obligó a Armenta a sentarse con Barbosa y pactar la paz después de la contienda por la gobernatura de Puebla. En la foto, como recordarán, Armenta posaba obligado y con el ceño fruncido.
¿Perdón? Pero si el que intentó darle miel fue él. Jamás olvidaremos esa escena de la política poblana.
En fin, el viernes Armenta dijo que valora seriamente contender por la candidatura a la alcaldía de Puebla como una nueva afrenta al gobernador.
Hasta ese momento los únicos visibles para la contienda eran Claudia Rivera y Gabriel Biestro, pero pecamos de inocentes si creímos que serían los únicos.
Un cargo tan importante como la alcaldía de Puebla no puede suponer una pelea interna tan sencilla, mucho menos habiendo tantos lobos de mar que saltaron a Morena por conveniencia, como el caso de Armenta.
¿Tiene posibilidades? Yo sinceramente no creo, la verdad es que pienso que su pasado priista no le permitirá la postulación y que solamente está levantando la mano para obtener posiciones para su gente.
En estos días, seguro, veremos a más levantar la mano y, así como es Morena, no dudemos que algún “desconocido” se cuele a la postulación.
Eso si es que Rivera decide no postularse a la reelección, decisión que al parecer la tiene despreocupada. Ella y todos los alcaldes esperan la resolución de la impugnación ante el Tribunal Electoral sobre los 120 días que se instauraron en Puebla para que quienes quieran reelegirse se separen del cargo.
Si ese periodo se queda, muchos preferían terminar su periodo.