El grupo político de Gabriel Biestro y Mario Bracamonte, al interior del Morena, parece ya saber lo que va a pasar en la contienda interna que designará al candidato a la alcaldía de Puebla.
El 9 de febrero, Bracamonte dio una declaración con la que se podría interpretar que vaticinan su derrota. El consejero, quien busca validar su unción al frente del partido en el estado, dijo que no permitirán un dedazo por parte de la Comisión Nacional de Elecciones (CNE).
Exigió, como ya antes lo han hecho, que se considere a los perfiles mejor posicionados y no exista una designación directa, algo que ya ven venir.
Así pasa en la contienda electoral, cuando se acerca el día de la jornada, el primero en salir a “cantar” que habrá fraude, es el que se sabe perdedor.
¿Es esta declaración un símil de la acusación de fraude? Yo creo que sí.
Otro que previó que Gabriel Biestro no se convierta en candidato fue el panista Eduardo Rivera, quien, dicen, tuvo una reunión con el diputado local.
El encuentro habría sucedido en el rancho del legislador Emilio Maurer, pensaron en este sitio como un lugar privado en el que nadie se daría cuenta. Así como cuando los morenovallistas se reunían en Bodegas del Molino.
Ahí, Rivera le planteó al morenista una colaboración, para que, si él se convertía en candidato, se sumará a su proyecto, no públicamente, por supuesto.
La verdad es que al parecer Biestro lo tomó bastante mal, pues no esperaba que de eso tratara, de “juntos derrotar a Claudia Rivera”, él se sigue viendo como el futuro candidato.
Como ya ha contado el periodista Yonadab Cabrera en su columna “Los Amantes del Poder”, nadie al interior de Morena tiene asegurada la postulación porque, como sucedió desde que llegaron al poder, no se pueden poner de acuerdo.
Ayer, en Central publicamos una revisión de las promesas de campaña de Gabriel Biestro, cuando era candidato de la 4T a diputado local, es algo muy común en el ejercicio periodístico.
Lo hicimos porque mediáticamente él ha sostenido un discurso de impoluto, prácticamente la Madre Teresa de Calcuta encarnada en político, que nunca ha hecho nada mal, que siempre ha pensado en el pueblo.
Bueno, no es tan así, lamentablemente Biestro, como el 99.9% de los políticos, dejó varias promesas en el aire. La más importante fue la desprivatización del agua. Ya nos han explicado que al final, en términos jurídicos, no era tan sencillo, pero ¡para qué se pusieron a cacarearlo en campaña!
No solo esa, sino más propuestas quedaron en promesas. Aquí se las dejo.
***
La dirigencia del PAN, a cargo de Genoveva Huerta tendrá aún más problemas la próxima semana, cuando se acaben de concretar los registros para las diputaciones locales y presidencias municipales.
Obviamente será por todos los que se queden sin la oportunidad de participar. Y es que la alianza PRIANRD, en las diputaciones locales y federales, provocó un efecto dominó en todas las cuotas que se había comprometido a entregar.
Así, quienes se esperaban una diputación federal se quedaron una local, y los que querían una local terminarán, si bien les va, de regidores.
Hasta ahora, el municipio más incendiado ha sido San Andrés Cholula, por la inminente imposición de Paco Fraile, a pesar de que Blanca Jiménez es la única mujer que tenían para la candidatura y la mejor posicionada para derrotar a Karina Pérez Popócatl.
Blanca Jiménez fue la mejor posicionada de la encuesta interna que hizo el partido, pero la quisieron relegar con el clásico “¡Híjole es que tocó hombre por equidad de género!”, una estrategia que usan todos los partidos para evitar que las mujeres lleguemos a puestos de poder.
Para entonces, la panista ya llevaba meses “trabajando la plaza”, como comúnmente se dicen, donde, además, tiene su casa. La imposición de Fraile supondrá en aún más problemas para el PAN, no solo locales sino nacionales, porque Blanca Jiménez sí tiene fuerza en otras entidades con futuros candidatos a gobernadores.
¿Por qué no le hacen al revés? Que en San Andrés toque mujer, Blanca, y se quitan de peleas por la postulación.