Hasta la madrugada de este 16 de noviembre, la Comisión Organizadora Electoral del PAN terminó de sesionar, luego de una larga jornada entre acusaciones de ambos bandos por fraude en la contienda interna.
La sesión no terminó nada bien y solo ha desgastado mucho más la relación entre yunquistas y morenovallistas.
Lo más importante es que el acta final de la elección se fue vacía porque hubo un faltante del 30% de las actas por computar, de las 108 casillas que aperturaron para la recepción de votos.
Estuvo tan enredado todo que optaron por enviar dos resultados de la elección al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido. Unos con los votos de las actas que tenían ahí físicamente, y otro con resultados de “diversas fuentes”, por fotos o copias de las actas.
El CEN tendrá entonces cinco días para decidir el resultado final y proclamar a los ganadores.
Aun así, Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro conservan la ventaja. En un acta se reportaron un total de 5 mil 756 votos contra 4 mil 625 de la planilla de Genoveva Huerta, y en otra 7 mil 159 contra 6 mil 50.
En entrevista con CENTRAL, Marcos Castro se mostró despreocupado, pues dijo que los resultados son contundentes y que la falta de actas no afecta el resultado de la elección por lo que, según él, solo esperan que les entreguen la constancia de mayoría.
Lo que atrasará este proceso es que la dirigente con licencia, Genoveva Huerta ya había decidido hasta ayer en la noche impugnar el proceso, así que el CEN no podrá dar los resultados finales hasta que el proceso de impugnación concluya.
Al final muchos están concluyendo que lo poco que pudieron intervenir ambos grupos en la elección, en suma, ha terminado en la desaparición del 30% de las actas.
¿Pondrá en riesgo el proceso? No creo, porque la dupla de Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro conserva la diferencia de casi diez puntos.
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El resultado del PAN que beneficia el proyecto de Eduardo Rivera rumbo al 2024 ha empezado a mover a sus posibles adversarios.
Morenistas y priistas ya ven en Rivera Pérez al candidato natural a la gubernatura y han empezado a enfilar sus armas hacia él, el que tiene el mejor escaparate por estar al frente del Ayuntamiento, pero también el que se encuentra más vulnerable ante el escrutinio público.