El 24 de febrero de 2020, Rafael Ochoa Guzmán arribó, así como los arribistas, a Morena. Fue Yeidckol Polevnsky quien le dio la bienvenida al partido con, digamos, mayor plusvalía en estos momentos, se trató de una llegada mediática porque el padrón estaba impugnado.
Ochoa Guzmán fue líder nacional del SNTE y “uno de los más poderosos de América Latina”, según dijo el mes pasado el periódico El Universal en la columna “Bajo Reserva”, cuando habló de que Ochoa se había subido al mismo vuelo comercial que el presidente Andrés Manuel López Obrador para entregarle una “propuesta de trabajo”.
Este sábado 4 de septiembre, en Puebla, sus intenciones quedan develadas. Ochoa Guzmán buscará sacar a Alfonso Cepeda Salas y convertirse en líder nacional del partido.
La mañana de este sábado, Guillermo Aréchiga Santamaría reapareció públicamente como el organizador y orador principal de un evento con líderes sindicales. El encuentro sucedió en un salón de fiestas en Puebla capital, en donde presentó a Rafael Ochoa Guzmán como el perfil que impulsarán por la dirigencia del Sindicato.
Sin titubeos, Aréchiga dijo “lo digo fuerte y claro, vamos por la dirigencia nacional”.
Los maestros no la tienen fácil, pues la pandemia ha provocado que la actual dirigencia detenga las renovaciones en todo el país, con el pretexto de que las condiciones sanitarias les impiden la renovación.
En Puebla, las secciones 23 y 52 debieron renovarse el año pasado. Guillermo Aréchiga buscará colocarse como líder en alguna de ellas, u operar cerca de Ochoa en búsqueda de la nacional. Y es que ambos son personajes cercanísimos de la maestra Elba Esther Gordillo.
Según el discurso de Aréchiga, en poder del CENTRAL, lo harán de la mano de la Cuarta Transformación, pero no serán sumisos a ellos. El verdadero trasfondo político no es difícil de adivinar, es preparar la estructura para el 2024 y venderla al mejor postor como se hizo durante mucho tiempo.
La presencia de Rafael Ochoa Guzmán en Puebla tuvo otro objetivo, nuestras fuentes nos dicen que Aréchiga pensó en él como un puente de comunicación con el gobernador Miguel Barbosa.
Recuerden que, en marzo, Aréchiga fue removido de su cargo como secretario de Movilidad y Transporte en Puebla, lo sacaron hasta con patrullas.
Barbosa no había declarado en su contra, pero apenas hace unos días lo acusó de haber entregado concesiones del transporte público de forma irregular.
Así, a través de Ochoa Guzmán, Aréchiga intentará congraciarse con el gobierno actual ofreciéndole nada más y nada menos que la estructura magisterial que, bien organizada, es esencial en los procesos electorales.
A ver si lo logra porque Barbosa se escuchó muy decidido a investigarlo.