Al inicio de la pandemia todos los que pudimos nos encerramos, y tomamos medidas tan extremas contra el coronavirus como desinfectar cada cosa que tocaban nuestras manos o entraba a casa.
El pánico reinó en todo el mundo, al grado que muchas personas compraron la mayor cantidad de enseres posibles para salir lo menos.
Pasamos semanas, meses encerrados en casa hasta que vino el primer respiro en agosto de 2020. Al menos así fue en Puebla. Volvimos por primera vez en meses a tiendas que habían estado completamente cerradas y visitamos algún restaurante con el recuerdo de la libertad que un día tuvimos.
El segundo confinamiento llegó justo antes de la navidad y, con un poco menos de miedo, nos atrevimos a reunirnos con nuestras familias y tal vez viajar algunos días dentro del país; de preferencia a destinos a los que se pudiera llegar por carretera.
Para marzo ya todo estaba mucho más relajado. En abril vino el proceso electoral con la venia del semáforo verde, tuvimos reuniones, hasta bodas, comidas, regresamos de a poco al trabajo.
La tercera ola nos tomó con sorpresa y con una rapidez tal, que regresamos al confinamiento con la Covid encima, desde inicios de julio nos acecha todas las semanas.
La diferencia hoy es que muchos están más confiados porque han sido vacunados por completo, otros porque ya se enfermaron y se creen inmunes.
También pasa que el gobierno tomó la decisión esta vez de no volver a cerrar. Todo, excepto antros y bares, se mantiene completamente abierto así que la percepción de la tercera ola no es la misma.
Debemos leer los medios y revisar el incremento de cifras para enterarnos de que de nuevo los contagios crecen estratosféricamente.
Las plazas están abiertas, los cines funcionan, casinos y restaurantes.
Hay ya operando decenas de bares y antros clandestinos, hoy pueden leer sobre ellos en nuestra edición. Empieza un poco a valernos que los contagios aumenten.
Desafiamos la tercera ola con “reuniones pequeñas” y salidas a comer “en familia”.
Deberíamos estar encerrados como en marzo del año pasado, pero como ya no hay confinamiento oficial, como el inicio de clases en solo tres semanas sigue en pie, no nos detenemos.
La tercera ola está aquí, los contagios en Puebla sin duda rebasarán el promedio del medio millón diario esta semana.
Quédense en casa.