Puebla, 26 de abril del 2024

Adolfo Karam, ¿el próximo en caer?

Por Edmundo Velázquez / /
Adolfo Karam, ¿el próximo en caer?
Foto: Central

CUENTA HASTA DIEZ

El ex gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, ahora viste ropa de color amarillo canario.

Ese es el código de vestimenta para las personas privadas de la libertad dentro de la prisión de Cancún, Quintana Roo.

La vestimenta por colores permite diferenciar de reos, familiares, administrativos y custodios.

Mario Marín Torres se ha mantenido activo, pero con visitas en la prisión de Cancún, sus familiares, asisten vestidos de color rojo a verlo.

Los internos tienen hasta tres días de visita para sus familiares a la semana.

Uno de los días de visita, es exclusivamente para dejar alimentos o materiales que utilizan los reos en los talleres donde laboran para tener algunas ganancias extras.

El centro penitenciario de Cancún tiene capacidad para apenas mil internos, pero se encuentran casi dos mil ingresados.

A pesar de esto, el exmandatario fue ya buscado por sus paisanos poblanos al interior del centro penitenciario, como Juan Sánchez, el ex jefe de Mandamientos Judiciales que se encuentra preso, y que fue el primero en ser detenido, después de que se liberó la primera orden de aprehensión por parte de la justicia federal por el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho Ribeiro.

Ahí mismo, en la cárcel de Cancún, se encuentra el pederasta sentenciado a más de 100 años de prisión Jean Succar Kuri por quien, precisamente, comenzaron las publicación de la periodista sobre la red de explotación sexual y pornografía infantil en las villas Solymar.

Hasta el momento no hay registro ni información sobre si Jean Succar Kuri ya saludó a Mario Marín.

Y aunque el gobernador pueda ser un huésped célebre de esa mole de concreto en Cancún, Quintana Roo –por cierto, es menos de una tercera parte del tamaño del penal de San Miguel en Puebla–, a los locales ni les va ni les viene lo famoso del “Góber Precioso”.

Pero algo que sí se ha escuchado de voz de Mario Marín es que, si él ya está dentro de esas cuatro paredes, el próximo podría ser su muy cercano y, en otros tiempos, querido Adolfo Karam Beltrán.

Quienes han tenido la oportunidad de hablar con Marín dentro de prisión lo escuchan resentido. Enojado.

Y no con la vida, ni con su hermana Alicia quien, por una llamada indiscreta, soltó el dato de que su hermano tenía ya casi dos semanas con ella en su casa de Acapulco, Guerrero.

La llamada fue registrada y lo demás fue historia.

Pero no, el resentimiento de Marín no es con su hermana.

Es con el ex jefe de la Policía Judicial, Adolfo Karam, a quien culpa de su detención.

Desde que lo tuvo entre sus allegados colaboradores, Mario Marín le tuvo aprecio genuino a Adolfo Karam.

Pero, parece que la amistad ya se rompió.

Y también Marín parece dispuesto, dicen, a entregar información de dónde pudiera estar su ex cercanísimo colaborador.

Vestido con su atuendo amarillo canario, el ex gobernador Marín parece un ave herida dentro de su jaula.