Puebla, 20 de abril del 2024

Quecholac y el ego del “Toñin”

Por Edmundo Velázquez / /
Quecholac y el ego del “Toñin”
Foto: Central

CUENTA HASTA DIEZ

Parece que podría caer entero el pueblo de Palmarito Tochapan, el municipio de Quecholac, pero jamás podrá caer el ego de Antonio Martínez Fuentes, “El Toñín”.

Pongámoslo así: O Antonio Martínez Fuentes cuenta con un gran padrino que le hacía sentir seguro e impune, o simplemente es muy ingenuo.

“El Toñín” pensaba que iba a mantener ilesa su estructura delictiva con solo seguir controlando Quecholac a través de su hermano, José Alejandro.

La detención de José Alejandro, actual alcalde de Quecholac y también el alcalde electo, fue solamente el primer paso para que el municipio retome la gobernabilidad lejos de las manos del líder de la familia Martínez.

Basta con ubicar personajes como “El Comandante Leonel”, el lugarteniente de “El Toñin”, que se encuentra prófugo y que realmente era el pistolero de la familia Martínez, el jefe de los halcones que mantenían vigilado primero Palmarito Tochapan, y después Quecholac, ya que pasó de ser el guarura del huachicolero al Director de la Policía Municipal.

Leonel no aparecía con su nombre real en los registros de la Policía Municipal para que, precisamente, al cruzarse con Plataforma México, no lo encontraran como el delincuente que es, con todos sus antecedentes.

Fue el primero de los muchos asesinos a sueldo que mantenían en la nómina del Ayuntamiento de Quecholac, y encabezó la intrincada labor de supervisión en el municipio en donde tenía control de quién entraba y quién salía.

Leonel escapó el mismo lunes 27 de septiembre, después de que José Alejandro fue detenido en un fuerte operativo en el que tuvieron que romperse las paredes de tabla roca de la oficina de la presidencia municipal.

Irónicamente, estas endebles paredes sostenían una puerta de casi un millón de pesos con un potente blindaje que mandó a colocar José Alejandro, temiendo a quién sabe qué banda o grupo delictivo contrario.

El Comandante desapareció y se encuentra prófugo. Él fue la razón por la que las autoridades estatales advirtieron que estaban mal las cosas con la Policía Municipal.

Los vecinos de Palmarito Tochapan saben perfectamente que Leonel se encuentra relacionado con múltiples asesinatos y desapariciones.

Con su sistema de halcones en toda la población y las cámaras de “El Toñín” ubicaban a fuereños y ajenos al pueblo. Una vez que eran detectados les daban alcance con ayuda de los agentes de la Policía Municipal, quienes, por cierto, tampoco contaban con la Clave Única de Identificación Policial (CUIP) ni registros oficiales.

Si bien les iba, a los detenidos por este grupo delincuencial encubierto de policía, eran liberados. A Leonel le adjudican al menos cuatro asesinatos y varias desapariciones. Y lo que se sume en próximos días de investigaciones.

Debido a esto fue la detención de los primeros ocho uniformados el pasado viernes, durante el cambio de turno. Las autoridades ministeriales buscaban a Leonel, pero solo fueron asegurados ocho de sus esbirros.

Aún falta que las autoridades profundicen sobre cuál es la relación entre el comandante Leonel y su relación con otro personaje recién detenido y mejor conocido como “El Terror de Tecamachalco”, Jesús N., el ex policía federal y pareja de Sandra Neli, la diputada suplente por el Distrito 15 de Tecamachalco. Ambos ya se encuentran procesados e investigados por la venta de armas que también los conecta al grupo delictivo de “El Toñín”.

Porque esto apenas comienza. Con la pérdida del control político de Quecholac, “El Toñín” tendrá que decidir si quiere seguir viendo el desfile de sus familiares a la prisión o entregar definitivamente la zona y, con esto, la gobernabilidad del corazón del Triángulo Rojo.

Por lo pronto “El Toñín” tiene bien definidas sus prioridades. Y parece que proteger a su familia no es una de ellas.

El egoísmo de este personaje llega al extremo de mantener en riesgo a sus seres queridos por seguir controlando la zona. Todos pueden caer. Pero no su ego.