Puebla, 26 de abril del 2024

Guerras y rumores de guerras

Por Cesar Rios Hernández / /
Guerras y rumores de guerras
Fotos: Central

inte ElefanteBlanco

Los efectos directos e indirectos de la pandemia en todos los países aún no terminan de “asentarse”; sin embargo, los ímpetus de guerra no han aminorado en nada. Los países que cuentan con grandes arsenales militares sólo hicieron una pausa (aparente) en sus planes, pero ninguno canceló sus intenciones para “hacerse de recursos” por la fuerza, sin contar que, hasta inicios de 2020, no parecía haber indicios de una recesión económica; pero ahora tienen la “excusa” para completar sus intenciones. Claro que primero inventarán algún argumento, nunca dirán que quieren sus riquezas.

Desde hace varios meses, los directores del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y aún el Secretario General de las Naciones Unidas, (António Guterres), vienen anunciando una fuerte recesión económica que será acompañada de un “reseteo” económico (fuente: https://www.newsclick.in/the-great-reset-davos-playbook-post-COVID-world), doloroso pero necesario. ¿Le suena conocida esta frase?

La gran mayoría de las guerras que se han experimentado en las últimas décadas (reales o simuladas), han sido motivadas por razones económicas y, casualmente, después de una fuerte recesión y una pandemia, ¿acaso será la fórmula de las elites?

Ejemplos: Debido al control del petróleo, Rusia quiere mantener a Irán y Ucrania, Estados Unidos quiere Venezuela y Siria (ya ni lo disimula), y por otros motivos está China, que ya tiene el control de Hong Kong, va por Vietnam y quiere un canal en Nicaragua (el canal de Panamá es “incomodo”), EEUU quiere un canal en Israel, pues ya se cansó de pedir permisos con el canal de Suez, y siguen las guerras por el control del litio y del agua, ¿somos más civilizados en este siglo? ¡Cuánta hipocresía!

Según los expertos en geopolítica, el globalismo está desapareciendo y vamos hacia un “neo-feudalismo”, que estará controlado por los grandes corporativos industriales y no por los gobiernos de los países.

La industria armamentista “nunca duerme” y siempre mueve la economía. Por ejemplo, desde inicios del gobierno de Trump, aumentaron los bombardeos en Afganistán, superando sólo en 2019 a su antecesor Obama (US dropped bombs in Afghanistan at record level in 2019 - Middle East - Stripes) y el actual presidente Biden sigue “la tradición”, pues Estados Unidos y sus aliados han lanzado más de 326 mil 000 bombas y misiles sobre personas en otros países desde 2001. (Trump and Biden's secret bombing wars: One thing that hasn't changed | Salon.com). Ahora queda claro por qué el vecino del norte le pidió a México el año pasado, que ciertas industrias de componentes militares no fueran paralizadas (aun con la pandemia en su punto más fuerte). Este tipo de noticias no se colocan en los encabezados de los periódicos, pues, ¡empañan a sus “lideres”!

La amenaza más cercana está con la guerra por el control de los semiconductores (chips) producidos en Taiwán por la empresa TSMC (Taiwán Semiconductor Manufacturing), que es competencia de Intel (pero que no supera en volumen ni en precisión a la empresa de Taiwán). Esta pequeña isla-país está a “tiro de piedra” de China y ya la tiene en la mira, por eso no es de extrañar que esté moviendo sus procesos a EEUU (https://elceo.com/negocios/tsmc-contempla-construir-cinco-fabricas-adicionales-de-chips-en-arizona/).

Si pensamos que la industria militar no mueve una economía (además de la industria farmacéutica y sus “aliados”), se recomienda seguir la trayectoria de la empresa Lockheed Martin, el proveedor militar más importante del Pentágono, Lockheed Martin Wins $663.7M Hellfire Missile Contract – The Defense Post. Debido a las tensiones mundiales, es muy posible que las acciones de esta empresa aumenten grandemente en los próximos meses.

Muchos piensan que se aproxima una tercera guerra mundial, pero considerando la mega interacción mundial de las diferentes industrias, esto no sería posible –todos pierden–; sin embargo, si existe un grupo de países que están dispuestos a formalizar una gran guerra, pero no por motivos económicos, sino religiosos; la liga de los países árabes contra Israel, esto sí es más palpable y puede “mover” el eje de todos los países; Israel tiene la tecnología, pero ellos controlan (con la OPEP) casi todo el petróleo del mundo. Israel empieza a ser “la piedra en el zapato” de todos los países. ¿Pensarán acaso que con esto ahora sí pueden decir PAZ y SEGURIDAD?

El diálogo de hoy: ― fragmento de la película “El señor de la guerra” (2005)

Nicolas Cage, interpretando a Yuri Orlov –traficante de armas–

Yo me codeo con algunos de los hombres más viles y sádicos que se hacen llamar líderes en la actualidad. Pero algunos de esos hombres son los enemigos de tus enemigos. Y como el mayor traficante de armas del mundo es tu jefe, el presidente de EEUU, que mueve más mercancía en un día que yo en un año, le es embarazoso ver sus huellas en las armas en ocasiones, de manera que necesita de un particular como yo para llevarlas a donde no puede ser visto”…