Puebla, 16 de abril del 2024

La marca del “anti-ISO”

Por Cesar Rios Hernández / /
César Ríos Hernández, autor de "Crónicas del Elefante Blanco".
César Ríos Hernández, autor de "Crónicas del Elefante Blanco". Fotos: Central

inte ElefanteBlanco

El tener un sistema de calidad implementado en la empresa ya no es opcional, desde hace varios años, los grandes corporativos industriales han estado requiriendo que sus proveedores certifiquen sus sistemas de calidad (en alguna de las variantes del ISO-9000, según el tipo de industria), sin el cual no podrán ser considerados para la compra de sus productos o servicios; esto ha obligado a que las pequeñas y medianas empresas inviertan mucho de sus recursos en certificarse. Si ya inicio la lectura y no conoce mucho del tema, se recomienda este vínculo ¿Qué son las normas ISO? - YouTube y si quiere parecer todo un conocedor e impresionar a sus amigos o clientes, puede también apoyarse con este otro video ISO 9000 ¿QUÉ ES? Tutorial completo (2021) - YouTube.

En otras entregas de esta columna se ha hablado del tema, donde se menciona “el alto desgaste” y consecuencias por no saber implementar de manera adecuada un sistema de calidad, es el equivalente a tratar de mantener “un automóvil de 12 cilindros” … ¡mortal para una empresa que no tiene todos los recursos!

Si bien es cierto que una empresa grande puede sostener un “pesado” sistema de calidad, esto no significa que será más eficaz en sus procesos, los altos directivos ya no visualizan todas las ineficiencias provocadas por no entender la intención y propósito de sus procedimientos, de hecho, varias empresas del sector privado ya están emparentadas con muchas de las dependencias de gobierno, donde la burocracia “es normal”, han olvidado que el sistema se debe adaptar a la empresa y no al revés.

Para no cansar al lector con más palabras y conceptos, pasemos al ejemplo práctico.

El diálogo de hoy: – en la empresa –

E1.- Hola “Boss”, ¿qué está pasando? No había visto esa nueva área.

E2.- Es el nuevo producto para nuestro cliente de la industria médica (certificado con el ISO 13485).

E1.- Pero si sólo estamos desempacando unos componentes, hacemos un sencillo ensamble y los acomodamos en otra caja.

E2.- Parece simple, pero no lo es… hacemos una pequeña inspección visual y funcional (de ensamble) y luego lo reacomodamos en otra caja.

E1.- Si el cliente es una gran empresa, ¿acaso no les sería más barato hacerlo ellos mismos?

E2.- Este ensamble no está bajo el alcance de su certificado… además, el cambiar de proveedor les toma mucho tiempo (más de 18 meses) y nosotros ya estamos certificados en ISO 9001 con los ensambles actuales, donde esta variante no los afecta y les da un respiro “regulatorio”.

E1.- ¿Tan “pesado” es su sistema de calidad?

E2.- Así es… en cambio nosotros, ya tenemos todo cubierto, incluyendo los “montones de papel” que nos piden con cada lote de producto que les enviamos. Ya los tenemos medidos y todo se les cobra, incluyendo al “escribano” que tiene que hacer todos los registros, ¡tardamos más en hacer la papelería que el producto en sí mismo!

E1.- Pero entonces, estaremos siendo beneficiados sólo por unos meses, después se acabará ese negocio.

E2.- No te creas, por eso tenemos “surtido” de clientes, además de la industria médica les vendemos a la industria automotriz (ISO/TS 16949), la aeroespacial (AS9100), farmacéutica (ISO 15378), electrónica (TL 9000) y de alimentos (ISO 22000), nuestro producto es necesario para todos ellos. Y afortunadamente, casi todos tienen ¡UN MONUMENTO A LA BUROCRACIA!

E1.- Pues estamos “marcados”, ya nadie puede comprar y vender si su empresa no está en “ISO”.

E2.- ¡Ni más ni menos!