Vida y Estilo

La otra pandemia: las historias de desempleo de tres jóvenes poblanos que dejó la covid-19

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Rayas entrevistó a tres poblanos de esta cifra de 23 mil que perdieron su empleo por la pandemia de Covid- 19. Ellos narraron las críticas condiciones en las que viven desde que se declaró la emergencia sanitaria en el país, el pasado 23 de marzo. 

Por Carmen González/@carmenldn /
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La crisis sanitaria que se vive actualmente en Puebla no es el único problema que ha provocado estragos a la ciudadanía. El desempleo también ha afectado la situación económica de aquellos poblanos que van al día por el cierre de comercios e industrias, luego de que el virus llegara a México a finales de febrero.

El 12 de mayo, el IMSS reportó que, desde inicios de 2020, se perdieron 23 mil empleos formales. Lo más grave fue que en abril, en plena pandemia de coronavirus, se dio la mayor pérdida de fuentes de trabajo am sumar 18 mil 143.

VER: Puebla entra en crisis laboral: pierde 18 mil empleos formales tan solo durante emergencia sanitaria por coronavirus

Rayas entrevistó a tres poblanos de esta cifra de 23 mil que perdieron su empleo por la pandemia de Covid- 19. Ellos narraron las críticas condiciones en las que viven desde que se declaró la emergencia sanitaria en el país, el pasado 23 de marzo.

Algunos tuvieron la oportunidad de ser liquidados al 100% de sus empleos. Sin embargo, otros han tenido que padecer la fuerte crisis económica por dos meses, impidiendo llevar el sustento a sus hogares. 

Gracias al apoyo de familiares y amigos, los jóvenes han podido enfrentar la pandemia un día a la vez. En cualquiera de los casos, el futuro es incierto pues viven con la incertidumbre de saber cuándo y en qué condiciones podrán regresar a sus centros de trabajo; o en todo caso, si deben comenzar la búsqueda de otro empleo.

Héctor trabajaba en un hotel

Héctor, un poblano que trabajaba para una famosa y exclusiva cadena de hoteles resort, perdió su trabajo hace un mes, debido a la baja afluencia de turismo en la zona hotelera de Cancún, Quintana Roo. 

Después de laborar dos años como conserje, él y cerca del 85% del personal que labora para esta empresa fueron despedidos temporalmente. Los liquidaron al 100%, dando preferencia a las personas con mayor antigüedad en la empresa, quienes continúan laborando y reciben un sueldo proporcional, bajo el término de “días solidarios”. 

El joven de 28 años refirió que el personal es contratado por tiempo eventual, y cada mes deben firmar una renuncia y renovar su contrato. A pesar de ello, le ofrecieron todas las prestaciones de ley: seguro social, vales de despensa, fondo de ahorro y más. 

Sin embargo, debido a que los gastos y el estilo de vida en Cancún es más caro en comparación con otras entidades, se vio en la necesidad de regresar a la ciudad de Puebla desde entonces. 

Gracias a sus ahorros y a que no ha formado una familia propia que dependan de sus ingresos, ha podido solventar sus gastos, esperando a que sus jefes le den indicaciones de regresar a laborar de manera normal a mediados del mes de julio de este año. 

De no retomar su empleo en el hotel, Héctor deberá buscar otra fuente de ingresos en Cancún o en el estado de Puebla. 

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Isabel Pérez era mesera en la zona de antros de Cholula

Isabel Pérez, quien se desempeñó como mesera por 2 años en la conocida zona de antros de San Andrés Cholula, fue una de las principales afectadas por la pandemia de Covid-19 a finales de marzo.

Su labor como mesera de miércoles a domingo, en dos diferentes centros nocturnos, le ayudaba a costear los gastos de vivienda, educación y alimentos para poder cuidar de su hijo de tan solo 4 años. 

Debido a que el sector del entretenimiento es considerado una actividad no esencial, los bares y antros del municipio vecino cerraron sus puertas a partir de abril, mandando a descansar a sus empleados por tiempo indefinido.

El sueldo de la joven universitaria nunca fue fijo, ya que entre todos los empleados dividían las propinas totales de un día, que le generaban un ingreso de 400 a 700 pesos por noche. Los fines de semana llegaba a ganar hasta mil pesos, dependiendo de la afluencia de clientes en los bares. 

Llegado el momento, Isabel fue despedida sin ningún tipo de apoyo o sueldo que le ayudara a sobrevivir los días venideros. Sus patrones hablaron con los colaboradores para avisarles de la difícil situación que atravesaban los dueños de los antros, y les pidieron paciencia para regresar a sus actividades cuando se erradique la pandemia de coronavirus en Puebla. 

El pasado 15 abril tuvo que pedir un préstamo a una institución bancaria y, además, hablar con su casera para que le condone el pago de la renta del mes de mayo, mientras encuentra la forma de ganar dinero durante la temporada.

La principal preocupación de Isabel es el bienestar de su hijo, razón que la impulsa todos los días a continuar con la búsqueda de empleo. Por el momento, cocina algunos postres, arroz, frijoles, entre otras comidas para venderlas entre sus vecinos y amigos. 

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Gabriela Hernández, la docente que se quedó sin trabajo en Tehuacán 

La licenciada en Educación Especial en el área intelectual, Gabriela Hernández trabajaba como docente de apoyo por parte de la Unidad de Servicio de Apoyo a la Educación Regular, en una escuela primaria de Tehuacán. 

Aunque la joven de 24 años lleva laborando desde enero de 2020 en este lugar, la Secretaría de Educación Pública no le ha hecho llegar su pago, por lo que ya se han cumplido 10 quincenas sin recibir ingreso alguno, una cuenta que asciende a cerca de 50 mil pesos. 

Originaria de Puebla, la docente siempre tuvo el apoyo de su familia para solventar sus gastos durante casi 6 meses, mismos que se dividían en renta, servicios de luz, agua y gas, así como alimentos. 

Con la esperanza de poder regresar lo más pronto posible a laborar, Gabriela siguió pagando la renta de la casa que compartía con otras personas. Sin embargo, tuvo que desocupar el lugar recientemente, por la difícil situación económica que atraviesa su familia en Puebla.  

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Otra de sus preocupaciones es el seguimiento de sus alumnos a través de las plataformas digitales, quienes las primeras tres semanas enviaron en tiempo y forma la evidencia fotográfica de sus tareas y ejercicios, a pesar de que muchos de ellos no cuentan con internet o computadora. 

Desde hace tres semanas, no sabe nada de sus estudiantes. Por otros maestros, se ha enterado que la situación económica de los padres de familia tampoco es favorecedora, por lo que han dejado las actividades escolares atrás para enfocarse a la actividad comercial y poder llevar un plato de comida a la mesa. 

Gracias a sus padres y hermanos, Gabriela sobrevive a la contingencia sanitaria desde su domicilio en Puebla, esperando a que las condiciones mejoren para poder volver a realizar el trabajo que le apasiona. Espera que, para el mes de septiembre, pueda iniciar el nuevo ciclo escolar junto a sus alumnos, y recibir el pago de todos los meses que ha laborado, ya que la pandemia ha hecho más difícil las cosas para ella y quienes la rodean. 

 

 

 

 

 

Este es el mapa interactivo de CENTRAL que muestra los contagios en Puebla por municipio:

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