Eduardo Gómez Oropeza lleva la mitad de su vida dedicado a su pasión: la elaboración de pan con queso.
El amor por la repostería surgió desde su niñez, cuando elaboraba pasteles y panes con su mamá. Es originario de la Ciudad de México y licenciado en Administración de Empresas, y aunque su familia es de Zacatlán, nunca se imaginó llegar a Puebla.
Ahora su panadería "Pan de Zacatlán" cuenta con tres sucursales en la ciudad de Puebla y otra en la Ciudad de México. Además, su producto se ha exportado a París, Nueva York, Los Ángeles y el continente africano.
Una recomendación familiar, del abogado de los panaderos del municipio de las manzanas, lo hizo establecerse en la ciudad y el 18 de febrero de 1987 fundó "Pan de Zacatlán", un lugar con 33 años de historia y sabor, en el corazón de la ciudad, que le han valido hasta un reconocimiento del gobierno municipal en los Festejos del 475 Aniversario, como “poblano distinguido”.
#HechoEnPuebla 🍞🧀 El "Pan de Zacatlán" tiene 33 años en la capital poblana, uniendo a las familias cada noche con una rica taza de café. Don Eduardo Gómez está detrás de esta tradición. ¡Esta es su historia!
— RevistaRayas (@RevistaRayas) October 23, 2020
¡ABRIMOS HILO 🧵! 👇🏽 pic.twitter.com/84I8BfNGgK
La receta del pan con queso la trajo un sacerdote para la familia Guzmán en 1930, y así comenzó la historia de la conservación de este delicioso alimento que une a las familias todas las noches. El trabajo era pesado, pues la jornada laboral iniciaba desde las tres de la madrugada hasta las diez de la noche, pero la Covid-19 le puso pausa a la producción.
La pandemia provocó el cierre de la panadería y del Centro Histórico por más de dos meses para evitar contagios. Pero ni el coronavirus detuvo los sueños de este emprendedor, pues en cuanto el gobierno de Puebla autorizó la apertura de negocios, volvió a encender los hornos y a calentar el café para darle la batalla a la crisis económica.
“Pan de Zacatlán” ofrece una gran gama de sabores como el cuernito de higo, rollo de piña, pastel de elote, empanadas y hasta manteconchas de queso y, por supuesto, el tradicional pan de Zacatlán, característico por su color rosa. También agregó tamales artesanales de piña, haba, chícharo, frijol, papa y chicharrón. Además de los tradicionales de salsa verde, mole, rajas, dulce y jarocho.
En esta temporada de muertos ofrece, además de las conchas rellenas de queso, un invento de su padre: hojaldras rellenas de queso que él mismo implementó para innovar siempre tratando de conservar la receta original.
Cuenta con dos expendios más en la capital poblana y una panadería en la Ciudad de México, además realiza envíos a toda la república mexicana y gracias a sus ingredientes de primera calidad llegan a su destino en perfecto estado. Pero el sabor de su pan no solo se ha quedado en México, también ha llegado a Los Ángeles, Nueva York, París y hasta África.
