Abraham M., de 36 años, y sus sobrinos, Marco Antonio M., de 17, y Luis Antonio M., de 20, eran albañiles. La madrugada del lunes 23 de marzo, los tres hombres y un amigo de ellos tomaban cervezas en la vía pública cuando Fausto N. y su acompañante, quienes viajaba en una camioneta Ford Lobo, los invitaron a seguir bebiendo. En el trayecto fueron interceptados y asesinados.
De acuerdo a información entregada a PÁGINA NEGRA, Fausto ―quien conducía la camioneta con placas del estado de Tlaxcala― y su acompañante, identificado como Mario S., estaban relacionados al robo de gas en la zona. Sus identidades no han sido reveladas, pero, a decir de vecinos, Fausto vendía micheladas.
Esa madrugada, el conductor y su acompañante circulaban en la camioneta a altas horas de la madrugada en calles del municipio de Amozoc, en inmediaciones de la colonia Fuentes del Pedregal. Este hombre ya era el objetivo de un grupo armado que lo ejecutaría horas después.
Para la mala suerte de Abraham, sus sobrinos y del amigo de ellos, identificado como Jorge N., subieron a la camioneta para poco después ser ejecutados. En total se encontraron seis cuerpos, uno de ellos a unos metros de la camioneta porque, al parecer, intentó escapar.
Los responsables de este ataque viajaban en un Tsuru color blanco y uno de los homicidas les gritó: “para que se acuerden de mí, perros”.
Todo lo anterior fue narrado por una familiar de Abraham que tomaba con ellos cuando se fueron en la Lobo. Ella decidió no ir porque “algo no le dio confianza”, así que prefirió seguirlos en una moto, solo para asegurarse que estuvieran bien, y terminó siendo testigo de cómo los acribillaban.
Fuentes al interior de la Fiscalía General del Estado informaron a este medio que todos fueron ejecutados con arma AR15. Hasta el momento no se ha proporcionado más información al respecto pero, al parecer, todo obedeció a un ajuste de cuentas entre huachigaseros y el objetivo del ataque solo eran dos personas.