A ocho años del asesinato de la activista Agnes Torres Hernández, su presunto homicida intelectual, Jorge F. Z., se encuentra en prisión, pero permanece sin sentencia. Mientras tanto, la ley que lleva su nombre, y que permitiría tener derechos de personalidad a mujeres y hombres transgénero, sigue estancada en el Congreso del Estado de Puebla.
Agnes Torres fue asesinada la noche del 9 de marzo del 2012. Unas semanas antes de ser asesinada, cabildeó con algunos diputados locales el presentar una propuesta para que personas transgénero tuvieran acceso a los derechos de personalidad.
Era psicóloga por la Universidad de Veracruz, en donde también ya había iniciado la batalla para que su título profesional le fuera expedido con el nombre que ella eligió. Agnes ya tenía a un par de pacientes a quien comenzaba a tratar.
La última persona que la vio con vida fue su amiga, también transgénero, Devany Sangines. En ese entonces, Agnes había acogido a Devany como una madre, como una alumna, a quien comenzaba a explicarle cómo abrirse camino en una sociedad machista y retrógrada como la poblana. La activista le explicó a Debie ―como la llamaba cariñosamente― que vería al joven con el que salía, Jorge F. Z. en una fiesta en Chipilo, junta auxiliar de San Gregorio Atzompa. Esa noche cenaron rápido y se despidió. Fue la última vez que la vieron con vida.
El asesinato
El crimen fue planeado por Jorge F. Z., y fue apoyado por sus amigos Fernando Bueno Mazzoco, Agustín Flores Zechinelli, Marco Antonio Berra Espezzia y un menor de edad cuya identidad no ha trascendido hasta la fecha.
La emboscaron la noche del 9 de marzo diciéndole que tendrían una fiesta. Agnes llegó en un auto Golf color gris que su mamá, Vinicia, le había regalado. El auto aún se encontraba a nombre de su madre debido a que, como muchos trámites, Agnes esperaba un día poner todos sus documentos en concordancia con su identidad.
Según la relatoría de hechos de la averiguación previa PGJ/DGADAI/AP/02/2012, Jorge, Fernando, Agustín, Marco Antonio y el menor de edad la golpearon y la degollaron. Después se llevaron el cuerpo en el automóvil. Lo tiraron e intentaron prenderle fuego.
Al otro día, el 10 de marzo, sus amigos se despertaron con las llamadas de su hermana Gisela y de doña Vinicia. Ambas la buscaban porque Agnes no contestaba, no sabían de ella. A la par, un pastor localizó un cuerpo en la barranca Xaxocuapatle, a un costado de la autopista Siglo XXI, en una zona perteneciente a Atlixco.
El día 11 de marzo en redes sociales se corrió la versión de la desaparición de la activista. También, a los pocos minutos, vía Twitter, los compañeros activistas de Agnes se enteraron de la versión de un cuerpo con características similares.
La noticia comenzó a circular en medios digitales y llegó a oídos de Jorge F. Z. y sus amigos, quienes desconocían lo querida que era Agnes entre la comunidad LGBTTTI de Puebla. Cuando notaron la magnitud y el peso que tenía, intentaron vender el Golf. Finalmente le prendieron fuego en un paraje de la comunidad de Tepango de Rodríguez.
Vinicia Hernández viajó a Puebla y el lunes 12 de marzo del 2012 acudió a reconocer el cadáver en el Servicio Médico Forense de Atlixco.
Las detenciones
En un operativo fueron detenidos entre el 13 y 14 de marzo del 2012 tres de involucrados, entre ellos Agustín, Marco Antonio y el menor de edad. En un operativo conjunto la Procuraduría General de Justicia detuvo el 16 de marzo, en Mérida, Yucatán, a Luis Fernando Bueno Mazzoco, pero Jorge F. Z. escapó.
Cuatro años después, Luis Fernando Bueno Mazzoco fue sentenciado a 35 años mientras que Agustín Flores Zechinelli y Marco Antonio Berra les impusieron 23 años. El menor de edad ya fue liberado, pues su sentencia no fue mayor a cinco años.
Sobre Jorge F. Z., vecinos de Chipilo aseguraron que se le pudo ver en varias ocasiones visitando a su familia, a una joven que cortejaba y paseando en una camioneta.
Desde el 28 de marzo de 2012, año en que fue girada la orden de aprehensión en su contra, la ahora Fiscalía General del Estado no había podido ubicarlo, hasta que el juez penal de Atlixco, Enrique Romero Razo, señaló que el titular de la Agencia Estatal de Investigación, Juan Luis Galán Ruiz había incurrió en el delito de desobediencia de mandato de una autoridad judicial. Así, en un oficio entregado el pasado 1 de agosto del 2019 a la Fiscalía General del Estado, solicitó que se abriera una carpeta de investigación en contra del funcionario público además de imponer una multa.
Solamente así se presionó al titular de la AEI a detener a Jorge F. Z., quien se encontraba laborando en un rancho de Villa Aldama, Veracruz. Finalmente, fue detenido 7 años después, el 9 de diciembre del 2019.
La Ley Agnes: Estancada
Antes de morir, Anges Torres había cabildeado una propuesta de ley ante el Congreso de Puebla que diera seguridad legal a mujeres y hombres transgénero. Con su muerte solamente la Universidad de Veracruz emitió un título post mortem con la identidad que eligió, a pesar de que en vida jamás admitieron cambiarlo.
La propuesta de ley Agnes sigue siendo empujada por activistas poblanos y cada temporada electoral renace como promesa de campaña de los partidos de izquierda. En teoría, la Ley Agnes provocaría que las personas transexuales puedan modificar su sexo en documentos oficiales como su acta de nacimiento, tengan reconocimiento de hijos, de tutela, de matrimonio, de divorcio, de inscripción de sentencias, y de defunción.
La diputada Estefanía Rodríguez Sandoval, del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), prepara para finales de este mes de marzo un evento sobre la visibilidad trans aunque la propuesta de la Ley Agnes sigue sin ser una realidad. Han corrido ya tres Legislaturas del Congreso Local sin que la propuesta avance.
