Tragedias

¿Feliz Navidad? Así se arruinó el festejo de fin de año para estos poblanos

- Foto: Especial

Gente sin empleo, sin dinero para comer, que perdió a un ser querido o tiene a alguno en prisión, fueron las historias más escuchadas durante estos meses

Por Magarely Hernández / @magarelyhl

/ Puebla, Puebla
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Dicen que el dinero no compra la felicidad y que la salud es lo más sagrado que tenemos. Pero hay historias de poblanos que se tornan negras ya que este fin de años del 2020 no tienen ni uno ni otro. Durante estas fechas, en lo último que pensaron fue poner el árbol de Navidad, adornar sus casas, comprar ropa para estrenar o escoger regalos para sus seres queridos.

Y es que esta pandemia de covid-19 terminó con lo poco o mucho que teníamos, incluyendo con nuestros seres queridos. Además de todas aquellas personas que perdieron la batalla contra la covid-19, están las que perdieron su libertad y se encuentran en prisión.

Seguramente también has escuchado hablar que tener a un familiar en el hospital o en la cárcel es lo peor y las historias escuchadas por esta reportera lo comprueban. PÁGINA NEGRA te comparte algunas de las historias de los poblanos que pasaran una amarga navidad. Todas las identidades han sido cuidadas por respeto a ellos.

Don Pablo y Guadalupe

Don Pablo y Guadalupe son dos personas de la tercera edad que prácticamente viven de la caridad. La señora es hipertensa y trabajaba haciendo limpieza en los hogares pero, por la pandemia, sus jefes la despidieron. Su esposo recientemente sufrió un infartó; él trabajaba en un restaurante que cerró por varios meses y, durante este tiempo, no le pagaron; sin embargo, cuando reabrieron, a don Pablo lo despidieron.

La pareja solo tiene un hijo pero no los apoya económicamente y, aunque la casa en la que viven es propia, prácticamente ya vendieron todo lo que había en ella para poder subsistir.

Lupita

Lupita es una señora de edad muy avanzada que cada 8 días llega al penal de San Miguel para visitar a su hijo, el cual recientemente fue detenido. La señora llora porque dice que su único hijo fue detenido injustamente. Acepta que el joven consume drogas, pero está segura que nunca las ha vendido.

A diferencia de otras personas que llegan con bolsas llenas de comida, fruta, refrescos y golosinas, Lupita solo tiene para llevarle a su hijo dos tortas de jamón. Ya adentro, su hijo le pide dinero porque asegura que a él se lo exigen pero la señora apenas y puede dejarle unos 10 pesos. Evidentemente, no tiene para pagar a un abogado.

Martha

Martha es una señora que vivía con sus dos hijos y su esposo. Durante la pandemia, el señor nunca dejó de trabajar; incluso, se compró una camioneta, ya tenía planes de comprar su casa y planeaba ir a la playa con su familia pero adquirió el coronavirus y murió en prácticamente una semana.

Los hijos de la señora tuvieron que trabajar y dejaron la casa que rentaban para irse a vivir con algún familiar. Todos los sueños se vinieron abajo.

Socorro

Socorro es una señora que vive con su hijo discapacitado y una niña menor de edad. Siempre se ha dedicado a la recolección pero durante estos meses apenas y tuvo para comer. Al no encontrar material reciclable, tuvo que vender lo que algunos vecinos le regalaban, pero ya acabó con todo.

Su hija estudia pero no ha podido mandar tareas porque no cuentan con internet.

Esto es solo una parte de la situación que se vive, no solo en Puebla, sino en todo México. Hay gente que no tiene empleo, que perdió a un ser querido, que pasará la Navidad en un hospital. Siéntete agradecido por despertar un día más, porque, a pesar de la crisis, en tu casa nunca faltó de comer; porque tienes a tu mamá, hermana, primo, sobrino o esposo contigo y porque podrás pasar una Feliz Navidad.

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