Trinidad Juárez lleva dos días en el área de urgencias del IMSS en La Margarita, por la cantidad de enfermos en espera apenas ha podido conseguir una silla en donde sentarse, ahí duerme y ahí pasa las horas, sin poder descansar ni estirar su cuerpo, vomita en un pañal y lo hace muchas veces hasta que no absorbe más porque no hay otro lugar donde hacerlo.
Al lado está su madre quien, por supuesto, cree estar viendo a su hijo morir aunque nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que tiene, no porque se trate de una rara enfermedad sino porque en dos días no ha conseguido que un solo doctor pase si quiera a diagnosticarlo.
No es el único, decenas de derechohabientes están en esa situación desde el 19 de septiembre de 2017, cuando un temblor dejó inhabilitado el hospital de San Alejandro y los enfermos tuvieron que amontonarse en La Margarita.
PÁGINA NEGRA obtuvo fotos de la situación este fin de semana, que es igual a la que se ha escrito desde hace varios meses: enfermos de pie, en el piso, en sillas, sin camas y sin atención digna.
Parecía que el gobierno federal estaba por fin listo para arreglar la situación cuando en octubre de 2017 compraron el edifico CIMA para albergar un total de 400 camas.
Pero con los meses el proyecto se vino abajo porque con el avance de las obras describieron que tiene un daño estructural y que prácticamente debe tumbarse para construir uno nuevo.
Además, el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador encontró un caso de corrupción que se investiga y que tiene que ver con cómo la anterior administración compró un inmueble con tales deficiencias.
Después, a principios de agosto de 2019, Zoé Robledo anunció un Mega proyecto hospitalario para Puebla que contempla la edificación de cuatro hospitales con una inversión de 7 mil millones de pesos.
Pero en el Presupuesto Federal de 2020 solo se etiquetaron 2 mil 134 millones de pesos para la sustitución de San Alejandro y la ampliación de La Margarita, pese a su urgencia ninguna de las dos obras ha comenzado.