Alberto Flores, de 43 años, y su sobrino, Ricardo Flores, de 22, fueron quemados vivos el 29 de agosto de 2018, cuando pobladores del municipio de Acatlán de Osorio los acusaron de haber secuestrado a dos niños en la comunidad de San Vicente Boquerón; sin embargo, las investigaciones revelaron que eran inocentes. A dos años de la tragedia, la Fiscalía de Puebla solo ha logrado detener a 5 participantes de los 29 identificados en videos.
Ricardo estudiaba derecho en Xalapa, pero fue de vacaciones unos días a Tianguistengo, una comunidad de Acatlán de Osorio. La mañana de ese 29 de agosto, él y su tío salieron de casa en su camioneta y fueron a comprar material porque Petra —abuelita de Alberto y a quien ambos llamaban mamá— les pidió que construyeran una barda para que la casa no se fuera a la barranca.
Ya en la comunidad de San Vicente Boquerón, Alberto y Ricardo se estacionaron frente a una escuela y comenzaron a beber. Una de las vecinas llamó a la policía para reportar a dos hombres sospechosos que llevaban rato en el lugar; dijo que no le parecían conocidos y temía que fueran robachicos. Ese rumor fue suficiente para terminar con la vida de estos inocentes.
Rumores en el pueblo señalan que fueron dos vendedores del mercado los que comenzaron a incitar a la población para realizar el linchamiento y, de inmediato, se comenzó a reunir la gente.
Alberto y Ricardo fueron rescatados por policías y trasladados a la Comandancia Municipal, pero la turba, enardecida, los sacó, los golpeó, los llenó de gasolina y luego les prendió fuego.
José Guadalupe, hermano de Ricardo, llegó al lugar y alcanzó a ver a sus familiares con vida. Pidió a los policías que resguardaban la comandancia que no entregara a los hombres, pero los uniformados le advirtieron que mejor se fuera o harían lo mismo con él. Este hombre fue testigo de cómo, con sistemas de sonido, pedían que se reuniera la gente para quemar vivos a los hombres.
También intentó pedir ayuda al presidente municipal, pero nunca lo pudo encontrar. Petra llegó al lugar justo en el momento en que Alberto y Ricardo ardían en llamas. Ya no pudo hacer nada, solo llorar.
Esta barbarie fue grabada por decenas de pobladores que presenciaban lo ocurrido. Incluso, algunos de ellos lo transmitieron en vivo.
El alcalde Guillermo Martínez Rodríguez nunca fue visto, ni siquiera horas después dio la cara. El entonces titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Estado, Jesús Morales acusó al edil de no dar aviso a tiempo para activar el protocolo de linchamientos y no hacer nada para frenar a la turba.
Los detenidos
El 1 de septiembre de ese mismo año, Víctor Carrancá Bourget, quien en ese momento era el fiscal de Puebla, declaró que, gracias a los videos, se tenían identificadas a 29 personas que participaron activamente en el linchamiento.
Ese mismo mes se cumplieron las primeras dos órdenes de aprehensión. Los detenidos fueron Petronilo N y Manuel N. Sin embargo, el segundo de ellos murió momentos después de ser asegurado y hospitalizado, debido a un avanzado estado de cirrosis hepática.
En tanto, Petronilo N fue enviado a prisión y vinculado a proceso por los delitos de homicidio calificado, daño en propiedad ajena y lesiones dolosas.
VER: Fiscalía de Puebla vincula a proceso a uno de los responsables del linchamiento en Acatlán
En diciembre de ese mismo año, la Fiscalía General del Estado detuvo a otro de los implicados, un adolescente de 15 años identificado como Lizandro N.
En abril de 2019, se cumplieron otras dos órdenes de aprehensión en contra de Pedro N. de 25 años y Silvia o Agustina N. de 44, locatarios del mercado de Acatlán de Osorio que fueron detenidos en dicho lugar.
VER: Detienen a dos locatarios del Mercado de Acatlán por el linchamiento de Alberto y Ricardo Flores en 2018
La última detención por este linchamiento se realizó un febrero de este año. Osiel N también contaba con una orden de aprehensión que fue ejecutada en el Barrio de San Miguel del mismo municipio.