Nadia Guadalupe Morales Camacho desapareció el 27 de octubre de 2017 cuando se dirigía a la escuela en Puebla.
La joven tenía 17 años de edad y una semana después, su celular envió señal desde el municipio de Tenancingo, perteneciente al estado de Tlaxcala y cuna de la trata de personas, por lo que su familia considera que Nadia podría ser explotada sexualmente; sin embargo, cuando se lo notificaron a la Ministerio Público asignada al caso, esta les dijo que la víctima no tenía el perfil para eso y los ignoró.
En entrevista con PÁGINA NEGRA, Victoria Rosales Camacho, mamá de Nadia, recordó que su hija desapareció cuando se dirigía al Bachillerato “Gabino Barreda”, ubicado en el Centro de la capital poblana. Todavía no había luz cuando ella salió a dejar a su hija a la parada de la ruta 5, en calles de la colonia Lomas de San Miguel.
Victoria constató que su hija se subió a la ruta, incluso recuerda el número de la unidad pero Nadia no llegó a la escuela; desapareció en el trayecto y nunca la volvió a ver.
Su mamá acudió a la Fiscalía General del Estado para presentar la denuncia correspondiente y se abrió la CDI 17407/2017/ZC; sin embargo, la agente del Ministerio Público asignada les dijo que no se iba a activar la Alerta Amber porque la menor de edad no corría peligro.
¿Cómo sabía o en qué se basó para decir que Nadia no corría peligro? La familia no lo sabe porque a ellos no les hicieron, si quiera, cuestionamientos.
La señora Victoria aclaró que su hija sí sostenía una relación sentimental con un joven que conocen desde hace años pero, incluso, él y su familia se han sumado a la búsqueda de Nadia, por lo que en este caso no se puede decir que “se fue con el novio”.
Una semana después de la desaparición, el celular de Nadia envió señal desde Tenancingo, Tlaxcala. Esto fue informado de inmediato a la Ministerio Público ante la posibilidad de que la joven fuera víctima de trata de personas; sin embargo, la abogada identificada como Wendy, les dijo que eso no era posible porque Nadia no tenía el perfil de las jovencitas que son explotadas sexualmente.
Al no saber nada de su hija, Victoria acudió al paradero de la ruta 5 y logró encontrar al chofer que manejaba la unidad en que viajaba Nadia, pero el hombre de la tercera edad le dijo que nunca se percató si la estudiante fue sometida, amenazada o bajó acompañada de otra persona.
Por comentarios de otras personas y la última ubicación del celular, para la señora Victoria su hija está siendo explotada sexualmente pero no ha recibido ningún tipo de ayuda para tratar de localizarla.
Ella ha acudido a Oaxaca, Ciudad de México y Veracruz a realizar búsqueda por su propia cuenta. Es integrante del Colectivo Voz de los Desaparecidos y recientemente acudió a una brigada que se realizó en Veracruz para intervenir fosas clandestinas pues, dijo, va a buscar a su hija de todas las formas posibles.
También ha recorrido bares y establecimientos clandestinos con la esperanza de volver a reencontrarse con su hija, a quien no ha visto desde hace casi tres años.
Nadia cursaba el segundo grado de Bachillerato y soñaba con entrar al Ejército Mexicano.