Tragedias
Poblana narra las agresiones físicas que sufrió por su novio
El agresor fue identificado como Ángel González, estudiante de la licenciatura en Química Farmacobióloga en el CEUNI
Por Magarely Hernández / @magarelyhl
Él se encontraba muy molesto por una publicación. Muy alterado, me exigía mi teléfono para revisarlo, a lo cual no accedí. Él cada vez se mostraba más agresivo (…) cuando parecía que las cosas no podían ponerse peor, subían de tono. Me tomó del cabello y del brazo fuertemente y me sacó a rastras de mi recámara.
Este es el testimonio de Rosalía Bonilla, una poblana que sufrió violencia ejercida por su novio y, aunque todavía no sabe cómo decirle a su familia lo ocurrido, decidió contar su historia en redes sociales “con la esperanza de que ninguna chica vuelva a vivir el infierno que viví”.
Rosalía explicó que Ángel González estudia la licenciatura en Química Farmacobióloga en el Centro Universitario Interamericano (CEUNI) y con los días, surgió una amistad que después pasó a un noviazgo: “todo parecía normal, una persona que me comprendía y que se pinta de tener muy buenos valores éticos”.
El papá de la víctima se enfermó y requirió apoyo para poder cuidarlo, así que buscó apoyo en su pareja y él aceptó irse a vivir a su casa.
A los cuatro días, Ángel se molestó por una publicación en redes sociales y le exigió a Rosalía su teléfono celular para revisarlo, pero ella no aceptó.
Él cada vez se portaba más agresivo. Se dirigió hacia el comedor y logró tener mi celular. Regresó a la habitación donde yo me encontraba para revisar mi teléfono; él no encontró nada y aún así seguía buscando, narró la víctima.
En reiteradas ocasiones, la joven le pidió que le entregara su teléfono pero mientras más lo hacía, Ángel se ponía más agresivo a tal grado de que tomó a su novia del cabello, del brazo y arrastrándola la sacó de su propio cuarto.
Después de varios intentos, ya con lágrimas en los ojos, le pedí de muchas maneras que me diera mi celular y se fuera de mi cada pero las cosas se ponían cada vez peor entre gritos, ofensas y agresiones físicas por parte de esta persona que más de tres veces me sacó de mi habitación, continuó relatando.
Rosalía logró correr para conseguir otro teléfono y le llamó a la mamá de Ángel, para que fuera por su hijo. Dijo que cada minuto que pasaba parecían horas y las agresiones no cesaban: “pensaba que tal vez era el mi último día de vida”.
Aunque Rosalía todavía no encuentra forma de describir todo lo que pensó y sintió ese día, decidió hacer público su caso “con la esperanza de que ninguna chica vuelva a vivir el infierno que viví”.
No permitan una agresión verbal y mucho menos una física, a la primera déjenlo, suplicó.
Aunque reveló que su familia todavía no sabe lo que sucedió ese día, sostuvo que después de la publicación hablaría con ellos para contarles todo: “será difícil pero no pienso callarlo más”.
Finalmente, responsabilizó a Ángel por cualquier agresión que más adelante pueda llegar a sufrir y en los comentarios de su publicación, otras dos mujeres le escribieron: “yo sí te creo porque él me hizo lo mismo”.