José María “Chema” Sosa denunció al exfiscal de Puebla, Víctor Carrancá Bourget; al exgobernador Antonio Gali Fayad, al expresidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Roberto Flores Toledano y siete funcionarios públicos más por actos de corrupción durante la investigación del caso Paulina Camargo que lo tienen pagando una sentencia de 16 años de prisión por el delito de homicidio a pesar de que el cuerpo de la víctima nunca fue hallado.
Después del mediodía de este lunes 9 de noviembre, Luis Alberto Sosa, padre de Chema, acudió con sus asesores jurídicos a la Fiscalía Anticorrupción para presentar la denuncia por los delitos de desaparición forzada de personas, abuso de autoridad o incumplimiento de un deber legal y delitos cometidos en la procuración, administración de justicia y en otros ramos del poder público.
Debido a que el demandante se encuentra recluido en el penal de San Miguel desde 2015, su padre acudió en representación para presentar la denuncia. No obstante, será enviado un agente del Ministerio Público al Centro de Reinserción Social para que Chema Sosa la ratifique.
Después de algunas horas, dicha denuncia fue recibida y se dio inicio a la carpeta de investigación 870/2020/FECC/UI-A.
Al salir de la Fiscalía, Luis Alberto Sosa, declaró que buscará sostener una reunión con el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, para explicarle la situación legal de su hijo.
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Chema Sosa fue sentenciado a 16 años y 6 meses de prisión por el homicidio de Paulina Camargo; sin embargo, el cuerpo de la joven embarazada nunca fue encontrado. Por esta razón, a José María Sosa le sumaron el proceso de desaparición de persona, también en agravio de Paulina Camargo.
En este segundo proceso ya finalizó el tiempo de investigación complementaria y se está a la espera de la audiencia intermedia.
En la denuncia que presentó Chema Sosa contra el exfiscal y otros funcionarios entre los que se encuentran el Juez Francisco Javier Martínez Castillo, Jaime Huerta Ramos, actual fiscal regional y ministerios públicos, el joven relata los actos de tortura a los que fue sometido para, supuestamente, confesar el crimen.