Delincuencia

Verónica murió tras una rinoplastia; 10 años después no hay sentencia contra el médico que la operó en Puebla

- Foto: Especial

Incluso el cuerpo de Verónica Vanessa se ha exhumado en dos ocasiones a petición del médico para intentar buscar pruebas a su favor; sin embargo, no consiguió modificar la causa muerte

Por Magarely Hernández / @magarelyhl

/ Puebla, Puebla
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Verónica Vanessa Cervantes Reyes tenía 27 años de edad cuando decidió someterse a una cirugía estética para modificar la apariencia de su nariz; dos días después de la operación, la joven murió. 

De esto ya han pasado 10 años y aunque la Comisión Nacional de Arbitraje Médico determinó responsabilidad por mala praxis y el anestesiólogo así como el cirujano fueron sujetos a proceso, han pasado 10 años sin que los responsables sean sentenciados. Es más, los dos médicos no han pisado la cárcel. 

En entrevista con PÁGINA NEGRA, José Luis Flores Domínguez, abogado de la familia de la víctima, mencionó que, a petición del médico acusado, el cuerpo de Vanessa ha sido exhumado en dos ocasiones. Cuatro años después de la necropsia, el médico intentó buscar pruebas a su favor; sin embargo, ninguna diligencia cambió la causa de muerte.

Durante estos años, se han realizado audiencias para desahogar pruebas que ya fueron cuestión de análisis, por lo que esta última fue negada. Además, el médico que realizó la cirugía debería presentarse cada semana a firmar y lo hace cada mes o incluso cada tres y hasta se le ha permitido salir del país.

La cirugía 

Fue el viernes 26 de noviembre de 2010 cuando Verónica —acompañada de una amiga— acudió a consulta con el cirujano plástico Mario Arístides Arellano Huacuja en la Clínica Dermatológica y Cirugía Estética de Puebla, ubicada en la 20 Sur 2539, colonia Bella Vista de la capital del estado.

La joven le comentó al médico que quería realizarse una rinoplastia porque su nariz estaba muy ancha. Según la declaración de Arellano Huacuja, Verónica le pidió que la cirugía se realizara lo más pronto posible.

El médico aseguró que le ordenó a Vanessa hacerse los estudios correspondientes, tales como biometría hemática, química sanguínea, tiempo de coagulación, recuento de plaquetas, grupo y factor RH y examen general de orina.

A las 09:00 del sábado 27 de noviembre; es decir, la mañana del día siguiente, le informaron al médico que los estudios salieron normales y Vanessa entró a quirófano. Mario Arístedes declaró que, mientras preparaban a la paciente con fotografías y dibujos en la zona que intervendrían, la víctima les comentó que un día antes tuvo una discusión muy fuerte con su mamá y su novio porque se oponían a la cirugía y pidió que ya la durmieran porque no quería sentir nada.

Por ello, el anestesiólogo Leobardo Antonio Dolores Palacios le aplicó la anestesia general.

La cirugía duró una hora y durante cuatro horas, la joven permaneció en el área de recuperación, después fue enviada a su habitación y en ese momento, Vanessa le comentó al anestesiólogo que no veía.

Verónica perdió la vista y luego murió

Cuando Verónica ya estaba en su habitación, la enfermera Martha Ramos Chapuli —la cual también entró a cirugía—le colocó a la paciente paños fríos en ambos ojos, esto por órdenes del médico. Sin embargo, la enfermera escuchó que Verónica hablaba con su mamá y le refería que tenía mucho sueño y veía borroso.

A las 14:30 horas de ese mismo sábado, Mario Arístedes pasó a valorar a Verónica y, por tercera ocasión, externó que veía borroso. A decir del médico, la joven estaba medio dormida pero en buen estado general; contestaba de forma normal y coherente a lo que decía.

Para la mañana del domingo 28 de noviembre, Verónica seguía hospitalizada y nuevamente comentó que veía borroso. El cirujano declaró que en ese momento habló por teléfono con el anestesiólogo y decidió llamar a un médico internista para que valorara a la joven; sin embargo, este doctor no encontró ningún dato que hiciera pensar en un posible traumatismo craneoencefálico o algún otro padecimiento.

Por las complicaciones, Vanessa nunca fue dada de alta. Aproximadamente a las 01:00 horas del 30 de noviembre, una enfermera se comunicó por teléfono con el médico. Le dijo que la joven se había desvanecido.

Mario Arístedes se encontraba en ese momento en la clínica, así que se dirigió a la habitación de la paciente. Al llegar, en el lugar ya estaba el anestesiólogo; le estaba retirando a Vanessa secreciones salmoneladas.

Vanessa cayó en paro cardiorrespiratorio frente a los médicos y fue trasladada al quirófano, donde el anestesiólogo la intubo. Pese a estas condiciones, seguía secretando líquido espumoso salmonelado abundante. 

A las 03:10 horas murió.

Cusa de muerte: mala praxis

Después de realizar la necropsia, los forenses determinaron que la causa de muerte de Verónica Vanesa fue un trauma craneoencefalico secundario a perforación de seno esfenoidal y contusión de silla turca con lesión de paquete vascular.

El seno esfenoidal izquierdo fue perforado durante el golpe con el osteótomo plano. Sin embargo, está maniobra fue realizada por la enfermera cuando la tuvo que hacer el cirujano. La perforación causó laceración de la arteria esfenoidal izquierda, ocasionando sangrado a nivel de la silla turca y edema del quiasma óptico y, a su vez, la perdida de la visión en la paciente.

Además, la necropsia reveló que las arterias lagrimal y nasal también fueron lesionadas.

Comienza el proceso penal 

La familia de Vanessa presentó la denuncia correspondiente contra los tres implicados: el médico cirujano, el anestesiólogo y la enfermera. El 30 de agosto de 2012, el Ministerio Pública decidió ejercer acción penal solo contra los dos médicos pues si bien, la enfermera realizó mal una práctica que no le correspondía,  esto fue bajó las órdenes de Mario Arístedes.

Este caso quedó asentado en el Proceso 290/2012 y los dos médicos fueron acusados por el delito de homicidio culposo con agravante de responsabilidad médica.

La Comisión Nacional de Arbitraje Médico también fue notificada sobre el caso y determinó responsabilidad de los médicos por lama praxis.

Tanto el anestesiólogo como el cirujano se presentaron a declarar y, en su defensa, presentaron como prueba fotografías de la necropsia.

Cuatro años después de que se realizó la necropsia, Mario Arístedes pidió exhumar —en dos ocasiones— el cuerpo de Vanessa para tratar de acreditar una causa de muerte distinta; sin embargo, en ninguna diligencia se encontraron pruebas a su favor.

A 10 años del caso, no hay justicia

Ninguno de los médicos piso la cárcel. Como medida cautelar se les impuso firma periódica cada semana. Sin embargo, a decir del abogado José Luis Flores Domínguez, Mario Arístedes se presenta a firmar cada mes o hasta cada tres meses sin que tenga consecuencias legales. Incluso, tienen conocimiento de que ha salido del país.

Durante todos estos años, el proceso no ha avanzado. En múltiples ocasiones se han realizado audiencias para analizar las mismas pruebas ya presentadas y aceptadas.

La última audiencia programada para este martes 23 de septiembre fue cancelada dado que es el proceso se ya se ha realizado en reiteradas ocasiones.

A 10 años de lo ocurrido, los responsables de la muerte de Verónica están muy lejos de recibir una condena.

El 23 de julio, PÁGINA NEGRA informó sobre un caso de negligencia médica, pues un bebé murió en el hospital de La Margarita del IMSS por una complicación en una cirugía oftalmológica ambulatoria para tratar retinopatía.

Debido a esta situación, los familiares decidieron presentar la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado.

VER: Denuncian ante la Fiscalía muere de bebé por supuesta negligencia en La Margarita 

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