Los retos para 2020 en materia de seguridad

Por Facundo Rosas / /

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De no haberse registrado un cambio drástico en la tendencia de los delitos de alto impacto durante el mes de diciembre de 2019, el cierre del año recién concluido habrá dejado saldos negativos en los rubros de lesiones dolosas, robo a transeúnte y secuestro, cuyo incremento respecto del 2018 será superior al 50% en cada uno de ellos.

Tendencia similar se registrará en los delitos de robo a casa habitación cuyo incremento podría ser superior al 20% respecto de 2018; robo a negocio con cifras superiores al 12%; robos totales en más del 10%; extorsión en más del 9% y violación en más del 15%.

En cuanto al homicidio doloso, la cifra de 2019 podría ser marginalmente superior a la de 2018, posiblemente de 1%, lo cual marcaría una marcada desaceleración desde 2015, cuando comenzó a crecer en forma significativa, hasta superar el 300% entre 2014 y 2018.

Lo anterior pese a que durante los meses de diciembre de 2013 a 2018 la incidencia delictiva en la entidad poblana ha sido menor respecto de los meses de noviembre y octubre, igual que a nivel nacional; contrario a lo que la ciudadanía cree y la autoridad refrenda cada fin de año, en el sentido de que durante las fiestas decembrinas los delitos se incrementan.

Tomando como referencia este comportamiento, se estima que el 2019 cierre con 76 mil 400 delitos en total, cifra muy cercana a la registrada en 2011, primer año del extinto gobernador Rafael Moreno Valle, cuando se reportaron al Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) 77 mil 900 Averiguaciones Previas.

Desde esta perspectiva, los principales retos para el 2020 serán los siguientes:

Abandonar el top ten de las entidades con mayor cifra negra en materia de extorsión telefónica (Central 30 de octubre 2019), esa que esta semana volvió a colocarse como uno de los temas de mayor impacto en el escenario nacional, como consecuencia del caso de la periodista Denise Dresser, cuya madre fue extorsionada con el supuesto secuestro de la columnista del diario “Reforma”.

Salir del top ten de los estados con mayor tasa de feminicidio por cada de 100 mil habitantes, que hasta el mes de octubre de 2019 ya era de 1.5 y del top five en el mismo tema en términos absolutos, escala en la que comparte la cuarta posición con la Ciudad de México con 50 casos, solo peor que Nuevo León con 58, Estado de México con 95 y Veracruz con 147.

Superar la posición 4 en materia de sobrepoblación penitenciaria, tal como lo indica el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Dejar la segunda posición en el indicador de homicidio doloso y motocicletas robadas, rubro en el que solamente es mejor que Baja California, con una correlación cercana a 0.9, lo cual indica que la circulación de motocicletas robadas incrementa la posibilidad de que desde una de ellas o con su apoyo se cometa un homicidio intencional.

Evitar que grupos delictivos ingresen al estado de Puebla con mercancías ilícitas (drogas) y cuerpos sin vida procedentes de otras entidades, que pudieran modificar las cifras en estos rubros.

Finalmente, disminuir en por lo menos 2% la percepción de inseguridad que mide la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) de INEGI, cuya meta para los próximos 5 años es pasar de 87.7% a 80.82%, es decir 6.88% menos.

Versión no contada

En 2014 la entidad poblana registró 71 mil 706 delitos, cifra inferior a las 76 mil 400 Carpetas de Investigación que se estima se acumularán al cierre de las cifras de 2019.

Lo anterior sin tomar en cuenta la percepción de inseguridad, que para 2014 fue 24% menor a la de 2019.