Cruz Azul lo volvió a hacer, hizo una “cruzazuleada”, puede que una de las más grandes en los últimos años. Y es que esta vez, la máquina se desvieló ante los Pumas de la UNAM, sobre quienes tenían una ventaja de cuatro goles en el marcador global.
De acuerdo con el periódico El Universal, el primer gol de los felinos cayó a los 3 minutos de juego. En ese punto, los jugadores y fanáticos del Cruz Azul no perdían la esperanza.
Cruz Azul se hizo del balón, se lo quitó a los universitarios, dominó el juego, parecía que el intento de vendaval universitario quedaría en eso.
Pero en el minuto 36, gran atajada de Jurado a tiro de Iturbe, el balón le llega otra vez a Dinenno, y se anota el segundo, pero se marca fuera de lugar. Por algunos minutos la nación cementera parece aliviada, sólo por algunos, el VAR da vida a los Pumas, se valida el gol.
Aquí, los rostros de los azules comenzaron a transformarse, y más cuando cuatro minutos después, a los 40’, Carlos González baila a Juan Escobar y se festeja el tercero.
Ahora sí, el fantasma había poseído a los cementeros.
Hubo un momento de esperanza, cuando se marcó un penalti a favor la Máquina, el VAR, otra vez, salvó al Universidad Nacional al marcar un previo fuera de lugar.
Cruz Azul quiso adelantar, volvió a ganar metros, ganó tiempo, pero pasó lo mismo de siempre, lo de toda la vida. Minuto 89, el balón viene de frente, nadie lo detiene y le llega a Juan Pablo Vigón que en el área chica fusila a Jurado.
Nada ha cambiado con los cementeros, el problema no era Billy Álvarez, Víctor Garcés o Alfredo, el problema es que Cruz Azul no sabe ganar, no sabe sacar el pecho en los momentos importantes, mordió la mediocridad.
