Los hay de todos tipos: apasionados, románticos, a distancia, atrapados en la casa, reconciliaciones, etc. Sin embargo, no todos los romances que están vigentes durante la cuarentena lo estarán al salir de ella. ¿Quieres saber por qué? Aquí te lo explico.
Durante estas semanas de encierro, no son pocos los casos de personas que reportan haber “encontrado el amor” al reconectarse con antiguos compañeros de escuela o bien, con gente que han conocido mediante algunas aplicaciones o por redes sociales. Y es que, pues en algo hay que pasar el tiempo cuando lo que sobra es eso. Sin embargo, no todos los romances que han surgido en estas condiciones tan extraordinarias que está pasando el mundo, sobrevivirán para cuando esto acabe. Incluso, muchas de las relaciones que ya existían antes de la contingencia se extinguirán probablemente cuando termine la pandemia.
Lo primero que hay que considerar es que estamos todos sumergidos en una situación extraordinaria en la que se rompió por completo la rutina y, por lo tanto, también la sensación de normalidad. Esto hace que, al menos en la mayoría de los casos, haya mayor tiempo libre y también mayor necesidad de conectarse con otros seres humanos, al menos de manera emocional, ya que físicamente tenemos que mantener distancia física. Esto ha llevado a muchas personas a buscar “con quien hablar” y a escribirse nuevamente con viejas amistades o incluso con ex parejas. Si sumamos el ocio con el tiempo libre y con la necesidad de contacto, pues ¡bum! Ahí tienes la mezcla perfecta para que se inicien nuevos romances.
No obstante, la distancia también suele favorecer que idealicemos a las personas y que alguien parezca la persona perfecta para iniciar una relación al salir de la cuarentena. Evidentemente, si la relación se desarrolla únicamente por mensajes o llamadas breves, pues parecerá perfecta y no habrá ninguna falla. El reto siempre es llevar la relación a lo real, que es donde la mayoría de las personas ya no saben qué hacer con la convivencia con el otro. Algunos “requisitos” para que tu romance de cuarentena sobreviva a la pandemia son: que sea una persona que ya conoces en vivo y en directo previo a esto, que exista disponibilidad de ambas partes para iniciar una relación ―de cualquier tipo― en la vida real; por supuesto, que ninguno de ambos tenga compromiso con nadie más ―por más obvio que parezca, hay muchas personas teniendo romances virtuales ahora incluso estando casados―, y por supuesto, que se vean físicamente. Sin contacto físico, el romance no puede ser real. El romance virtual no existe. Es una mera idealización que produce una fantasía que se rompe al momento de generar cotidianidad con otro ser humano.
Ahora bien, los que ya estaban iniciando un romance o estaban recién casados no la están pasando nada mal en la cuarentena. ¿A quién le viene mal el encierro en casa con suficiente tiempo libre para pasarlo al lado de su pareja en plena sobredosis de endorfinas? Evidentemente, a nadie. Para este grupo de personas, la cuarentena es equivalente a una segunda luna de miel, o primera, o tercera, o quinta. Y está bien.
Hay otro grupo de personas que son pareja, cuyas relaciones iban bien o al menos de manera más o menos estable, y la contingencia los separó. Ellos sí la están pasando mal pues, además de extrañar el contacto físico, muchos de ellos viven con sus familias y tienen que acatar las reglas en casa de no recibir visitas o no salir, etc. Esto produce en las parejas mucha impotencia pues se encuentran ante una situación que no pueden controlar y que les produce sentimientos intensos de tristeza, melancolía y nostalgia por verse, salir o simplemente poder besarse. Para estas parejas, la mejor opción en estos momentos es enfocarse en mantener vivo el romance a través de detalles, canciones, videollamadas, días de “cita” donde puedan verse con las precauciones necesarias o de manera virtual y poder disfrutar de un buen tiempo juntos. Sé que esto se siente eterno, pero créanme, pasará.
Existe un último grupo que es realmente el más preocupante: aquellas parejas que ya vivían juntas antes de la cuarentena y cuya relación no era buena desde antes del encierro. En estas parejas, los sentimientos de animadversión, de rechazo y la hostilidad mutua suele intensificarse hasta llegar a la violencia. He sabido de numerosos casos en los que la pareja ya no soporta vivir junta y han pasado las semanas de cuarentena peleándose, insultándose o incluso ignorándose mutuamente. No es de extrañarse que en estos días haya habido un incremento en las denuncias por violencia hacia la mujer. Y es que el encierro provee del caldo de cultivo ideal para el agresor: la víctima no puede recurrir a las instancias de justicia, no puede salir o refugiarse en casa de familiares o amigos, y el agresor tiene todo el control sobre la situación en casa. En estos casos, es importante ser solidarios con quien pudiera requerir apoyo para salir de una situación de violencia.
Lo que sí es una realidad es que la contingencia y la pandemia pondrán en evidencia lo sanas o enfermas que están nuestras relaciones de pareja. Es decir, que para aquellos múltiples casos en los que ya no soportan “el infierno” de compartir casa con su pareja, es buen momento para replantearse si la relación sigue siendo viable, si es un elemento de realización personal y de plenitud o sólo es una costumbre que cada día se vuelve más pesada. Para otros, este tiempo juntos o separados, ayudará a formar lazos mucho más fuertes y genuinos que les permitan fortalecer su relación para estar plenos ambos en ella.
Recuerda que la pareja es algo que ESCOGISTE y en este periodo de cuarentena se pone a prueba si tu elección fue la correcta o si se equivocaron al elegirse. Quizá este periodo de crisis mundial y de estar en casa sea un buen detonador para aprender a entender nuestras elecciones y las personas que decidimos incorporar a nuestras vidas. Seguro hay mucho que observar y aprender de ello.
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