Cada pareja es distinta y se conforma sobre valores, planes a futuro y límites muy diferentes que incluso podrían parecer incomprensibles para otras parejas. No obstante, hay tres pilares que son fundamentales para considerar una relación de pareja como tal.
Es importante notar que estos tres pilares obedecen a la dinámica interna de la relación y no al reconocimiento público, al uso de redes o a modelos sociales de relación. Es decir, la relación de pareja se valida desde la interacción uno a uno de sus integrantes y no desde los estándares sociales.
Aquí una explicación de cada uno de los pilares:
1.-Comunicación: toda pareja tiene una dinámica de diálogo y de intercambio de ideas. Y en este aspecto, consideraremos a una pareja como sana cuando sean capaces de intercambiar opiniones, negociar sin asumir la postura del otro; sin “adivinar” lo que el otro piensa o, incluso, que sean capaces de discutir los desacuerdos con respeto y sin escalar el problema. Sentir que hay temas de los que no puedes hablar con tu pareja es un indicador de problemas en la relación. La comunicación también abarca que puedan hablar de una multiplicidad de temas tanto cotidianos como profundos.
Un buen síntoma en este sentido es cuando le ocurre algo a alguno de los dos y su primera opción es contárselo al otro. Tener largas conversaciones y una charla agradable es fundamental para consolidar la relación pues, además de tu pareja, deben ser amigos y confidentes.
2.-Afecto: caricias, besos, abrazos, apapachos, detalles y notitas constituyen esta dimensión en la que el contacto físico suave y las palabras cariñosas refuerzan el vínculo y hacen que ambos se sientan valorados. El afecto nutre la relación porque la hace vigente y evita inseguridades cómo pensar si el otro aún te quiere. Es importante que la pareja tenga su propia forma de nombrarse con cariño, porque esto también desarrolla la identidad de la pareja. El afecto dentro de la pareja también refuerza la intimidad dentro de la relación y les permite mostrarse en su forma genuina de ser.
Este aspecto también incluye el cuidado del otro cuando alguno enferma o cuando no está bien emocionalmente. La pareja se vuelve la primera persona a la cual recurrir cuando algo nos pasa y debe existir la certeza de que lo que se encontrará será apoyo y contención. Los regalos sorpresa, las palabras de cariño, los besos en un día cotidiano y los mensajes preguntando cómo ha estado tu día, harán que sientas que tienes un lugar especial en la vida de tu pareja sin importar que ambos estén ocupados por el trabajo o los deberes familiares.
3.-Sexo: vital, vital, vital. La mayoría de las parejas llegan a terapia cuando sus problemas en los otros dos aspectos han alcanzado este, y la interacción ya no es la misma. Repito: el sexo es vital para la relación de pareja. En palabras más coloquiales, el sexo es “el pegamento de la relación cuando tienes las otras dos piezas.” Es la conexión más íntima que supera al lenguaje verbal y que crea un vínculo que solo ustedes dos comparten.
En cuanto al sexo dentro de una pareja estable, podríamos decir que el orgasmo no es lo más importante, sino lo divertido y desestresante que puede ser el juego de la seducción y la interacción sexual en sí misma.
El orgasmo es importante, sí, pero la interacción sexual no debe limitarse a la penetración y a obtener el orgasmo lo más rápido posible. Esto quiere decir que en ningún momento el acto sexual debería ser mecánico, sino que debería tener un toque original cada vez pues -créeme- siempre hay algo nuevo que intentar, aunque sea una cosa simple. Los coqueteos, insinuaciones y contacto físico frecuente, fortalecen el vínculo sexual y éste a su vez fortalece la confianza dentro de la relación. ¿Con qué frecuencia es recomendable tener sexo en la pareja? Siempre que se pueda. Cuando esta conexión no se refuerza, frecuentemente la pareja cae en la rutina y en una especie de “vacío” en el que la atracción se va perdiendo y se afecta la dinámica usual. Si no hay interacción sexual ¿qué les diferencia de ser sólo amigos que se quieren mucho? La intimidad es importante para conservar una dinámica viva en la pareja.
Ahora bien, es importante aclarar que ninguno de estos pilares es más importante que otro, pues es precisamente cuando alguno de ellos falla que empiezan los problemas graves en la relación. Una pareja sana implica tratar de equilibrar los tres y llegar a acuerdos en cada aspecto. Si en algún momento de tu vida de pareja uno o varios de estos pilares se encuentran afectados, es momento de buscar ayuda. A veces, la terapia de pareja implica una nueva oportunidad para encontrar una reconexión que les permite descubrirse y amarse de manera sana.
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