26 de Abril del 2024

Reconectar con la Ciudadanía

Por Ricardo Gali / /

Seamos Claros 

El camino para construir un México democrático, y pasar de un sistema de partidos con partido hegemónico a un sistema plural de partidos tomo cerca de 70 años. Apenas hace dos años, el 1 de julio de 2018, en nuestro país se llevó a cabo la cuarta elección presidencial de manera democrática.

Una elección con una participación electoral histórica, en la que los ciudadanos atendieron a la convocatoria con un sentimiento de urgencia de cambio, desbordaba por una legítima decepción colectiva causada por la descarada corrupción, impunidad y la falta de resultados de las políticas públicas implementadas por los gobiernos del pasado.

Lamentablemente, con el cambio democrático en el 2000, los mexicanos soñamos de más y conseguimos de menos. No supimos aprovechar la transición democrática, cometiendo grandes equivocaciones colectivas, cuya responsabilidad principal sin duda recae en la clase gobernante de ese momento, incluyendo a las oposiciones políticas que prefirieron repartirse el pastel entre sus elites, convirtiéndose en una partidocracia rentista, a lo que se le sumó la falta de involucramiento de la sociedad civil para vigilar y opinar respecto al camino que debía seguirse.

Como consecuencia de lo anterior, se impidió materializar la prosperidad prometida por la democracia, generando un profundo descontento con la clase gobernante en turno, que, en su afán de proteger su posición, decidieron no servir a la ciudadanía manteniendo secuestrada la agenda pública para proteger sus intereses.  Dejando al margen a los ciudadanos en gran parte de las decisiones trascendentales para el país, dando lugar a un hartazgo que sería capitalizado por un hombre de Tabasco, quien tras 18 años de buscar la silla presidencial y parecer tener el diagnóstico correcto, hoy, ya sentado en la silla, ha dado resultados que se encuentran muy lejanos de aquellos que prometía en campaña.

Ante la falta de resultados de los primeros 16 meses de gobierno, ahora se le suma crisis sanitaria y económica causada por el coronavirus (Covid-19), donde el  gobierno del presidente López Obrador,  ha dado muestra de improvisación y falta de seriedad, lo que hace pensar que  su gobierno no está a la altura de las circunstancias, donde en lugar de corregir aquello en lo que no se ha acertado, prefiere hacer oídos sordos a cualquier tipo de advertencia o consejo y prefiere inventar conspiraciones en su contra, ocasionado una inminente caída en la aprobación. La ciudadanía está cansada de justificaciones con base en el pasado, ya sabemos que las cosas no estaban bien, de lo contrario no hubiera ganado las elecciones del 2018.

Como muestra de lo anterior, podemos observar los resultados publicados por Consulta Mitofsky que muestran que, en los últimos tres meses y medio, la aprobación del presidente ha disminuido del 58.7% que registraba en la primera semana de enero, al 46.5% de lo que lleva de transcurrido del mes de abril.

Esta caída responde principalmente al manejo de la contingencia sanitaria y al Plan Económico y de Rescate presentado hace un par de semanas,  que de acuerdo a las declaraciones recogidas de los principales órganos empresariales del país, da la espalada al sector productivo al negarles estímulos fiscales o apoyos económicos para afrontar la crisis económica, situación que terminará poniendo en riesgo de quiebra a los pequeños y medianos empresarios que son los que predominan y mueven a México.  

Como era de esperarse, la consecuencia de la caída de la aprobación del presidente, también ha afectado a su partido, que de tener una preferencia electoral del 44% en diciembre de 2018, ha disminuido a un 18% en marzo de 2020, según la encuesta telefónica publicada por el Financiero.

Sin embargo, pese a la pérdida de intención de voto del partido oficial, ningún partido político de la oposición ha demostrado capacidad para capitalizar el desencanto del electorado a su favor, pues si bien la gente ya no quiere votar por Morena nuevamente; tampoco quieren votar por los partidos existentes o en su caso no saben por quién votar.

Lo anterior es preocupante, pero a la vez es una gran oportunidad, tanto para los partidos de oposición (MC, PAN, PRD y PRI) como para Morena y sus aliados. Tienen en sus manos la oportunidad de hacer autocrítica y redefinir el rumbo que tomaran a futuro sus propios institutos políticos para encontrar la fórmula y reconectar nuevamente con la ciudadanía.

Si los partidos políticos existentes, y principalmente la oposición, quieren salir victoriosos a la arena electoral, deben de apostar por una nueva generación de políticos, deben enforcarse para conquistar sector juvenil o seguir agonizando, ya que, en 2021, los jóvenes representaremos alrededor del 50% del padrón electoral y actualmente, no nos sentimos debidamente representados en los poderes legislativos.

Los partidos políticos deben de formar cuadros para efectos de afianzar una ideología y no permitir más el chapulinéo político. ¿Cómo pretenden generar militancia o convencer al electorado, si están plagados de políticos que solo buscan el poder por el poder? ¿Cómo pedir que voten por una agenda de ideales, si los que piden el voto no luchan por un ideal concreto y cambian de color según sus intereses personales?

Por último, deberán generar una plataforma lo suficientemente incluyente, que sea capaz de responder a la realidad de una sociedad que desde hace muchos años esta desconectada de su clase política. De lo contrario, los partidos políticos no solo ponen en riesgo su permanencia en la vida pública, sino que también ponen en riesgo el funcionamiento del sistema democrático de nuestro país.

Puebla GOb

Puebla GOb